11.5.08

12 DE MAYO. PANCRACIO


Hay una moneda que conservas como oro en paño. Con su agujero al centro es muy difícil de encontrar. No tiene valor pero sí mucha utilidad. Tanto, que el próximo jueves te recordará tiempos ya pasados. La moneda para la cuerda del trompo y para ponérsela al santo.
Hoy te volverás a sentir en esa Roma que luchaba contra el cristianismo. 12 de mayo. San Pancracio. Salud y Trabajo. Está en el bar, en la tienda, en el taxi, en la cartera...pero tú irás a un convento del que no sabes el nombre. Te contaron que es de monjas franciscanas, que tiene retablos barrocos, que su portada es de Juan de Oviedo, que su interior es un remanso de paz en plena calle Águilas. Pero eso te importará poco. Al coger el taxi tu indicación será breve: “Lléveme a San Pancracio”. Y no se dirá más.
De San Pancracio son los lunes. Pero hoy será especial. En la puerta, vendedores que te recordarán a aquella gitana que hace años vendía perejil. Dicen que fue ella la que puso de moda colocarle el perejil al santo. Perejil y una moneda. Aunque la costumbre de la moneda no sabes de dónde viene. Da igual. Tú guardas una como un tesoro.
El interior del templo te parecerá otro mundo. Luces doradas, mártires crucificados, un Nazareno con la cruz al revés, una reja para separar la clausura... Todo de gran valor. Pero a ti te interesa una imagen de serie, como tantas miles repartidas por el mundo. Estará entre velas, flores y perejiles. Alguien te dará un folleto que, un año más volverá a leer: San Pancracio. Nacido en Frigia, en Asia Menor. Hijo de Cleonio. Se hizo cristiano con su tío Dionisio en Roma. Allí fue perseguido por su fe cristiana en tiempos del Emperador Diocleciano, Fue martirizado cerca de la vía Aurelia, en el año 275, por no a adorar a los dioses. Allí se le construyó una iglesia. Su nombre se mantiene en lugares como un templo de Londres o incluso en una estación de metro.
Son datos que se te olvidarán un año más. Tú simplemente pedirás salud y trabajo. Hecha tu petición saludarás a algunos conocidos. Alguno te contará que un cardenal hizo una novela donde aparecía este santo. Te sonará extraño. Y saldrás de la iglesia con una estampa en el bolsillo. De un joven mártir. protector contra la mentira. Del patrono de caballeros y niños. De un santito vestido siempre de rojo y verde como si fuera un San Juan. Con un libro y una inscripción latina que tú no entiendes. El santo de los perejiles y el dedo al cielo, que parece pedir un donut...Con su moneda en el dedo. Como la que tu guardas, tu pequeño tesoro.
Y, una vez más, pensarás que los inventores del euro no se acordaron de hacer una moneda con agujero para tu santo de la Calle Águilas...

20 comentarios:

Rascaviejas dijo...

¿Sigue de moda el Santo de la calle Águilas? ¿Hay otros más en boga? ¿Cuál es su top del santoral? ¿Esto está ya algo pasado? ¿Ustedes jugaban al trompo....?

Zinquirilla dijo...

Hola, quizás te da igual que coincida efemérides con la fecha del post pero aunque escribas en día distinto, siempre puedes poner en el post la fecha que quieras. Eso facilitaría la búsqueda de datos por ejemplo.

Respondiendo a tus preguntas, yo creo que no hay santo más sevillano (de los muchos) que San Pancracio. Y que corone el top fácilmente. Quizás se lo disputen Sor Ángela de la Cruz o San Francisco Javier. Un santo muy sevillano sin devoción me ha parecido siempre San Onofre. Otro que ha ido perdiendo fans es San Cristóbal. Y una advocación totalmente desfasada es la de las Ánimas Benditas del Purgatorio. Sí, ya sé que no son santos pero me hace gracia ver que la gente siga esa costumbre de buscar el pájaro en la cerámica petroniana.

Unknown dijo...

¿Que si San Pancracio está de moda? Solo hay que pasarse unas navidades por cualquier mercado de abastos y ver el principal protagonista de los almanaques. Sale mas que la Pataky, que ya es decir...

Aunque la verdad, si tengo que elegir, me quedo con esta última...

Saludos.

PD. Por cierto, cuando estrenen el "mercado" de la Encarnación, las Setas para entendernos, ¿venderán allí almanaques de San Pancracio?

Diego Romero dijo...

Como creo que somos más o menos de la misma quinta, querido profesor. Cada vez que entro en su blog, se me recortan los pantalones, se me tiñen las canas, e incluso se me riza el pelo que ya no tengo.
¿Qué si servidor ha juagdo al trompo...? yo era el campeón de mi calle, amigo, y jugaba todas las tardes, menos la de los lunes, que me llevaba mi madre a la calle Águilas a rezarle a un santo para pedirle salud y trabajo.

Un saludo.

Herodes Antipas dijo...

A mí siempre me recueda la lotería, o una esquina muerta de mostrador de tienda de calle Feria, por ponerte un ejemplillo, jeje. Muy bueno Du Guesclin.
Un abrazo.

Lorenzo Blanco dijo...

Quizá en Sevilla, los dos santos más requeridos por la devoción popular sean San Pancracio y San Judas Tadeo. Trabajo, salud y causas imposibles (aquí caben casi todas las peticiones).

Sin duda son los Joselito y Belmonte del Santoral sevillano.

¿Alquien se ha parado a pensar el dineral que mueven estos dos santitos?

Sor Angela, merece un capítulo aparte. Profe, ¡¡¡a ver cuando nos escribe algo de la Zapatera!!!.

Saludos

Enrique Henares dijo...

La devoción de mi casa siempre fue Sor Ángela, pero la de San Pancracio (y también la del Cautivo) me tocan muy de cerca ya que vivo en la misma calle Águilas.

Anónimo dijo...

Maria Dolores de la Santísima Trinidad, esperaba en San Jacinto que llegase el cuarenta y tres. Era lunes.
-Adios Loli-
-Adios Amparo, que se me va el autobús, que me voy a ver a San Pancracio-
Loli se apeó en La Magdalena y por Rioja, Sierpes, Cordoba y Alcicería no paraba de mirarse de reojo en los escaparates.
-Me veo mu gorda- pensaba
Cincuenta centimos y una oración.
-Ea; condiós Pancracio, salud pa mi y trabajo pa mi Mario- dijo.
Salió presurosa por Aguilas camino de una cafetería en la Alfalfa.
-¡Camarero!, me va a poné un cafelito y un pionono de chocolate-
Y mañana mismo empiezo con el biomanan –pensó-

eres_mi_cruz dijo...

Soy fiel a San Pancracio desde que un camión me arrojó al interior del convento...
intenté subirme en la acera pero...
rodé escandalosamente hasta los pies del santo...
desde entonces lo tengo sobre mi mesa con la monedita ensartá y un ladrillo de arosú para que me proteja las obras...

Hermosa advocación esta...

Rascaviejas dijo...

Les veo realmente inspirados... Lacava, usted ¿dónde pintaba la olla para jugar al trompo? También gritaba aquello de ...¡pollíiiiito!

Por cierto, duguesclin me empieza a dar ideas para la portada del libro "der armanaque...". Aunque pensando en todo ¿elegimos almanaque con gachí entrada en carnes y escasa ropa junto a camión tuneado u optamos por estampita rosa y celeste con tonos de caja de dulce de membrillo...?

el aguaó dijo...

Sencilla y puramente magistral querido Rascaviejas. Eres un máquina.

San Pancracio me recuerda a tardes de lues con mi abuela y mi madre. Mi abuela, que ahora está convaleciente, pues tiene un tobillo roto, seguro que irá en su buca cuando se recupere.

Yo jugaba al trompo y las canicas, aunque a veces me queda en la boca un sabor añejo, y me da la sensación de que soy uno de los últimos en disfrutar de estos juegos.

En cuanto a la elección del Almanaque, puedes escoger la opción de la gachí: ¿Ventajas? más de un cani (y no tan cani) se lo comprará creyendo encontrar algo diferente en ese libro. Después, incluso puede que leyera, y entonces aprendería algo...

Un fuerte abrazo amigo, y ya espero tu libro con ansia.

Reyes dijo...

De niña, tenía que ir todos los lunes con mi madre y mi hermana a San Pancracio, cosa que no me apetecía casi nunca. Mi madre tenía promesa y por lo visto debe ser dura porque todavía, a día de hoy, sigue cumpliendo cada lunes.
Pero lo peor era tener que pasar por la acera tan estrecha, ver al pobre que siempre estaba en la puerta y me daba un poco de miedo para ver a mi madre 5 minutos delante del Santito.
Después volver a casa en el microbús, que ya iba de otra manera, ya que casi siempre caía un "Toblerone" de la tienda de la Alfalfa.
Es inevitable acordarme de esta escena cada vez que paso por la calle Aguilas, me acuerdo de mi madre, mi uniforme, el microbús y la de gente que había en la puerta, la misma que sigue yendo, como mi madre.

En cuanto al almanaque, sugiero un protagonista masculino alternativo...

azul_y_plata_puro dijo...

Sr. Aguaó ¿usted jugaba a las canicas o a las bolas?
Un saludo a todos, especialmente a Maese Rascaviejas.

Anónimo dijo...

Obviamente los que diseñaron el euro debían ser unos paneuropeistas revolucionarios, sino habrían agujereado alguna monedita para colocarle al santo.

Para mi San Pancracio es sinónimo de recuerdos. Recuerdos de un perro que ya se fué que meaba en el lavadero donde el santo estaba colocado en un pequeño rincón. Alli estaba el tio, con su perejil, su monedita horadada y su toga romana.

La ultima vez que fui a verlo fué el verano pasado cuando fui a agradecerle el trabajo que acababa de conseguir. ¡Qué todo no va a ser pedir!

Uno de San Bernardo

Enrique Henares dijo...

Dónde dejamos esa etimología popular al hablar del santo "Sapacracio", por aquello de la dificultad de dos "n" tan seguidas?? Les aseguro que es algo muy oído cada lunes por estos lares.

Pd: yo creo que lo de la gachí poco abrigá tendría su encanto como portada de su esperada obra. Piénselo.

Anónimo dijo...

Hola, soy tu aniguo alumno del Becquer Jose Enrique. Te escribo para que sepas que tambien tengo un blog. Si quieres verlo esta es mi direccion: www.kofradesdesevilla.blogspot.com

Moe de Triana dijo...

A mi particularmente me da miedo que un santo pueda darte un trabajo miarma...

Un saludasso.

el aguaó dijo...

Querido Azul y Plata Puro, siento el retraso de mi respuesta, pero la pata de un armao es un puzzle de dos piezas comparado con lo liado que estoy yo.

Cierto... yo jugaba a las bolas. De hecho, había un juego que llamábamos bolicuarta, que consistía en golpear con tu bola la del otro amigo, o en su defecto, quedar tan cerca como una cuarta o menos. Si solo era una cuarta, una bola, si las bolas chocaban pero se alejaban más de una cuarta, era boli y ganabas dos bolas, y si chocaban y se quedaban tan cerca como una cuarta o menos, era bolicuarta y ganabas tres bolas.

Que tiempos...

Un abrazo.

Rascaviejas dijo...

"Boli, cuarta, que no las gasta y pie, que no lo es..."
Tiempos...

Unknown dijo...

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