28.12.08

28 DE DICIEMBRE. AGUINALDOS INOCENTES

Los tiempos cambian. Día de inocentes que eran santos pero que no llevaban muñequito a la espalda. Día de bromas o día para no tomarse a broma. Día de tradición: presunta, como muchos inocentes o como muchas tradiciones...
Para Velázquez y Sánchez era el día de los aguinaldos. Y le daba toda la tradición del mundo. Hablaba del recuerdo de aquellos inocentes que fueron degollados en tiempos de Herodes y de una costumbre de época romana. Ya llegaría otro herodes para sentarse en San Juan de la Palma. Dubitativo. Meditabundo. Como el familiar al que pedías el aguinaldo, ese sobresueldo o paguita ya olvidado, un día como el de hoy. Tradición romana. Eso decía el cronista que recordaba cómo en el año séptimo de la fundación de Roma empezó esta costumbre, por haber entregado Rómulo a Tacio, el rey de los sabinos, algunas ramas cortadas del bosque consagrado a Strenua, la que, con el tiempo, le daría nombre a la industria. Fue algo así como una alianza eterna. Desde entonces, los romanos se hacían regalos como anticipo de una felicidad completa para el próximo curso. Aguinaldos de invierno. Luego vendrían la tarjetita del tío del butano, la felicitación del querido jefe y la mano alargada hacia el abuelito o la tía política. Inocentes... Antes llamaban así a los locos. Tenían su día, hoy quizás olvidado. El que les quitó su día no tuvo un buen ídem. Menos, el que le quitó su casa. Se llamaba hospital de san Cosme y san Damián. En la ciudad de los dos nombres (ya se sabe, el oficial y el de verdad), el hispalense hospital de los dos santos doctores era conocido por los sevillanos como Hospital de los Locos. Que siempre los hubo y siempre los habrá. Un centro que estaba en la collación de Santa Marina y que fue promovido hace siglos por el alma generosa de Marco Sancho. Inocentes y promotor todavía tienen calle. “Compadecido de dementes y furiosos que andaban por las calles” se decidió a fundar el hospital. Que vuelva Marco Sancho ya... Un hospital confirmado por Inocencio VIII en 1488, pero que fue fundado muchos años antes. Llegó a tener como patronos al propio rey Enrique IV y a los Reyes Católicos. Los reyes posteriores mantuvieron el patronato de un centro en el que, si fallecía el loco sin herederos, la herencia pasaba a la institución Locos ricos y pobres. Siempre los hubo. Siglos después pasaron a Miraflores y hubo quien pensó que los locos tenían que saltar la reja. Almonteños a las afueras de tu ciudad. Ya se sabe que no tenían recluidos a todos los que lo merecían...
Ya no hay hospitales, ni manicomios pero sí locos. Inocentes de toda la vida. Tienen su día. Alargan la mano y, a lo mejor, sólo están pidiendo un buen aguinaldo.

3 comentarios:

Reyes dijo...

Ahora hay mucho loco suelto por ahí.
¿desde cuando no me dan el aguinaldo? uffff...

Lorenzo Blanco dijo...

Hay casos en que la locura es una enfermedad propiciada por el poder, el dinero o el afán de protagonismo.

Saludos

ciriovirgen dijo...

Basureros, barrenderos, carteros, butano....

Todos ellos repartían su tarjetita pidiendo el aguinaldo.

Volviendo al otro tema, leía el otro día sobre Herodes, y segun algún historiador el tetrarca quizás no fuera tan malo como lo han pintado hasta ahora, incluso es posible que hubiera fallecido antes del nacimiento de Jesús, con lo cual "nos quedaríamos sin esta fiesta" de los Santos Inocentes.
Al parecer su gran pasión era la arquitectura, llegando a diseñar él mismo la gran fortaleza con palacios en cascada donde se encontraba el Herodión.
De esto probablemente nos podría hablar más y mejor el profesor rascaviejas.