1.7.13

1 DE JULIO: OBRAS



         “Terminadas las obras que requería la traslación del puente de barcas hacia la margen del río, paralela a la desembocadura del arrecife del Arenal, y arreglados los preparativos de operación tan prolija como importante, dispuso el ayuntamiento que se realizara el lunes 30 de julio; convocando a las autoridades a presenciar la faena desde una elegante falúa, proporcionada a este fin por la comandancia de marina, destinando la empresa del puente de hierro un yatch de vapor a los convidados por su parte al curioso transporte de aquella pesada mecánica, anunciándose por edicto los trámites marcados a la mudanza de sitio del antiguo puente, y excitando en el impresionable vecindario de la metrópoli de Andalucía viva curiosidad los preliminares de un espectáculo, cuya rareza permitía a los noveleros toda suerte de hipótesis y a los alarmistas todo género de temerosas conjeturas. A las nueve de la mañana quedó cortado el tránsito, para dar lugar a las labores precisas en la trabazón de las barcas y acordado movimiento de aquella armazón de vigas y tablones en el punto de verificarse el acto, mientras que las cuadrillas de ambas márgenes del río alistaban el encaje de las voluminosas compuertas, y la firmeza por una parte y otra del mecanismo secular, que debía ceder su puesto al grandioso puente del moderno sistema ensayado en París con éxito extraordinario. Ocupadas las orillas del Guadalquivir por un compacto gentío, apostadas en una y otra ribera dos bandas marciales, empavesado el puente con banderas y flámulas de varios y brillantes colores, a bordo de la falúa las primera autoridades, despejado de buques el trecho que iba a atravesar la enorme balsa, marcando el yatch la línea que servía de límite a considerable número de lanchas y de barquetas, atestadas de ansiosos espectadores, sonaron las cinco de la tarde y, cortadas las maromas de retención por el jefe político, capitán general y alcalde, comenzó a marchar perezosamente el cetáceo de madera bajo la vigilante dirección del maestro González, llegando a las siete a su nuevo lugar sin accidente alguno de los que recelaban los muchos pesimistas que abundan en los grandes centros de población. Empleadas las primeras horas de la mañana del martes primero de Julio en asegurar el puente en sus asientos, no quedó expedito el tránsito hasta el mediodía”.
         Año 1845. Se trasladaba el antiguo puente de barcas para comenzar las obras del nuevo puente de Triana. Así lo contó José Velázquez y Sánchez. Unos trabajaron durante muchas horas. Fueron muchos más los que estuvieron contemplando la escena. Unos trabajando y otros mirando. España es así. Sevilla no va a ser menos.

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