21.4.08

22 DE ABRIL. LEYENDA URBANA


Tu vecino juró y perjuró que había visto a Ricky Martin, al perrito, a la niña y a la mermelada. Sorpresa, sorpresa. Y de las grandes...Un escándalo. Pero tu vecino no fue el único que lo vió: se comentó en muchos lugares durante días. Todos mintieron: fue algo que nunca existió...
Lo llaman leyenda urbana, y es un fenómeno de nuestro tiempo. Se trata de sucesos fantásticos que se van transmitiendo de forma oral y que, dentro de una apariencia de realidad, nunca se produjeron. La Semana Santa, a su modo, también está cargada de leyendas urbanas. Tu padre te contaba que la Exaltación tuvo cuatro caballos, tu abuelo te contaba lo del borracho que le tiró un vaso a la Macarena y en algún lugar oíste lo de su cambio por un reloj del hospital de las Cinco Llagas. Historias que nunca existieron. Historias que el tiempo deformó y que se convirtieron en presuntas verdades. Pero tú sabes que lo de aquel día fue real. Lo viviste, no te lo contaron. Y cada año lo vuelves a recordar...
21 de abril del año 2000. Madrugá. Iba a ser una madrugada más, bueno, especial como todas. No sabías que sería una noche que nunca olvidarías. Porque después de las primeras emociones viviste el pánico. No te lo contaron. Viste a gente correr despavorida, viste grupos que fomentaban esas carreras, viste policías dando gritos en plena calle Sierpes, viste heridos... Oíste disparos y oíste gritos. Sentiste pena, miedo, impotencia y rabia. No fue en un lugar concreto, ni en una cofradía. No fue algo de pocos, ni una histeria general, ni algo puntual. Un ataque organizado contra tu Semana Santa. El día en el que peligró la existencia de la Madrugada. El día en que se pudo vivir un tragedia. Al día siguiente no dabas crédito a lo pasado...
Pasan los años y parece que lo estás viviendo. Aunque...¿quién sabe...? Desde un primer momento te contaron que tu viviste otra cosa. Que si un loco con un cuchillo, que si un escape de agua, que si pánico general, que si unas carreritas por aquí y por allí...Escuchaste historias de libros de reglas por los suelos, de armaos escondidos, de nazarenos viejos del Gran Poder protegiendo el paso, de viejas que cantaban el Perdona a tu pueblo porque pensaban que el fin del mundo estaba cerca. La realidad a empujones. Muchos se empeñaron en hacerte creer que aquello que no existió, que fue una exageración, que tú no lo viviste...Se habló de huelgas encubiertas, de juegos de rol, de películas y de exageraciones colectivas. Total, los sevillanos son así... Años después incluso piensas si lo del 2000 no se convertirá en una leyenda urbana...
Ocho años ya. Todavía no se te ha quitado la cara de tonto...

17 comentarios:

Rascaviejas dijo...

¿Cómo vivieron ustedes aquello? ¿Qué les pareció? ¿Qué historias curiosas escucharon? ¿Cómo lo interpretan? ¿Se atreven a contar alguna leyenda urbana?. Suya es la palabra. Hablen, que así no se nos queda la cara de tontos...

del porvenir dijo...

Yo estaba durmiendo que para eso soy también del Viernes Santo

Herodes Antipas dijo...

Que nochecita. Iba acompañando al Cisquero, tras la Cruz de guía. Cuando llegamos a la altura del Museo, empezó el personal a gritar, que si un loco montado a caballo con un hacha (surrealista total), y ésto y ver volar latas de refresco por el aire fueron una. La gente empezó a correr en dirección contraria al sentido de los nazarenos, buscando el paso del Señor. El resto, se lo podeis imaginar: nazarenos por los suelos, penitentes con la cruz bajo el brazo, y el Señor de Sevilla, practicamente barrido por la muchedumbre. Cuando llegamos a la basílica en tiempo record, el hermano mayor, sube al atril y dice lo siguiente:"debemos dar gracias a Dios porque no nos ha pasado nada a ninguno". ¿Qué nos tenía o podía haber pasado?
Un saludo y perdón por el comentario tan voluminoso, y,sí, sigo con la misma cara de tonto que se me quedó aquella madrugá.

Moe de Triana dijo...

Yo no me quiero ni acordá miarma, que mal rato, aunque peor rato aún pasaron mis familiares sabiendo que en ese momento estaba completamente metio en el ajo...

J. Iván Martín dijo...

Yo la verdad es que esa madruga no la vivi en directo, ya que en ese año todavia no iba... pero me contaron lo del loco del cuchillo y tambien que los costaleros del Sentencia salieron hullendo dejando abandonado al paso... que cosas...

Un saludo.

Lorenzo Blanco dijo...

Yo nunca me creí la sarta de mentiras que nos contaron acerca del pánico colectivo, juegos de rol, ni monsergas. Aquello estuvo perfectamente estudiado, planificado y su efecto ha durado bastante tiempo. Hasta el pasado año, los hermanos mayores de la "Madrugá" pedían a los sevillanos que salieran a la calle, dada la baja afluencia de público.

El entonces hermano mayor del Gran Poder, Miguel Murube, comentó en televisión que le llamaron por teléfono el Jueves Santo antes de la salida del Gran Poder y le alertaron desde Madrid que algo iba a ocurrir.

Otro caso curioso es que el hijo de un alto cargo (No se si de la Junta de Andalucía, o del Gobierno Central), retiró a su hijo músico de una de las Bandas de la Esperanza de Triana a la altura de la Magdalena momentos antes de que ocurrieran los primeros incidentes.

En fin, se oyen muchisimas más cosas, pero lo cierto es que nunca nos contaron la verdad. Como a los niños chicos, nos dijeron que los niños los trae la cigüeña. Y nosotros a creer y callar.

Saludo

Enrique Henares dijo...

Yo me encontraba viendo el Gran Poder en Pedro del Toro, en un pequeño chaflán que hace la calle, delante de un restaurante si mal no recuerdo. Ya de por si es una estmapa que sobrecoge: calle estrecha, negros nazarenos pegados..., imaginaos lo que sentí cuando a punto de llegar el Señor empecé a ver correr gente sin sentido. Algo en el paso o un atentado fueron las cosas que se me pasaron por la cabeza. Sentí más miedo pensando dónde estaría mi gente que por mí.
Lo mejor que escuché fue que un toro de la corrida del Domingo de Resurrección se había escapado de la Maestranza.
Desde esa noche los nazarenos del Gran Poder me resultan más misteriosos aún y cuando paso por Pedro del Toro siento un pequeño escalofrío.

Anónimo dijo...

No me gusta nada como está enfocado el post y aquí de tontos nada.

Yo esperaba a la Sentencia y vi armaos corriendo por Cuesta del Rosario. Luego gritos y empujones desde San Francisco. Entre tanto alboroto tropecé con una muchacha que resultó ser mi hermana y eso me tranquilizó, además no quería irme. Esperé y vi pasar al Señor de la Sentencia rápido y a la Esperanza apagada, sin música y rauda. Una peculiar estampa sí, para el recuerdo, pero dolorido.

Desde entonces hay menos afluencia de público en la Madrugá de lo que me alegro en parte. Yo sigo asistiendo a verla pero reconozco que con temor.

Rascaviejas dijo...

Por supuesto que por aquí no hay ningún tonto. Pero no me negará que las autoridades pretendieron tratarnos como a tales. Esa es la referencia a la cara que se nos quedó.

siempre de frente dijo...

estoy contigo rascaviejas las autoridades nos trataron de tontos y nos siguen tratando mientras esto no se aclare ,aqui hay algo turbio que no se puede destapar ,el pueblo sevillano merece una rspuesta por lo acontecido y aun no la tiene y seguramente no la tendra nunca,yo por fortuna no estuve alli porque soy de los que salen a las 7 de la mañana para no ver la fauna noctambula que se agolpa por el centro y el tiempo me ha dado la razon ,por la noche todos los gatos son pardos y por desgracia la madruga de sevilla tiene un antes y un despues ,desde el fatidico año no ha pasado nada pero a nadir se le escapa que miramos con el rabillo del ojo por si...el clima es diferente no es de tension ,pero si tiene uno las orejas altas ,por desgracia y para gloria de nuestros ediles esto es asi,un saludo y ehnrabuena por tu blog

Anónimo dijo...

Estaba a miles de kilómetros de aquí, pero hasta allí llegaron los mismos rumores absurdos y/o surrealistas.

Anónimo dijo...

Lo peor es el complot del silencio de tanto dirigente semanasantero. Tontos útiles llenos de miedo, hipocresía, falsas verdades y de intereses.

el aguaó dijo...

Amigo Rascaviejas, esta entrada es para tratarla por partes.

En primer lugar, me he sentido completamente identificado con todo el texto. Pero lo digo convencido: completamente, pues todas las líneas coinciden conmigo.

Yo estaba en la calle Gravina. El Señor del Gran Poder ya había pasado. Quedaba poco para que su Bendita Madre cruzara la marabunta de Reyes Católicos y pasara ante mí. De pronto, escuché un temblor que crecía por momentos. Similar a un rumor acallado que se expande y extiende como una explosión. Lo recuerdo perfectamente. Tengo la imagen grabada a fuego. El rumor y el temblor creció y de pronto todo estalló en una cascada de gritos. Las filas del Gran Poder se abrieron y los nazarenos se agacharon todos a la vez, como si hubieran golpeado el canasto frente al Santísimo en la Catedral. Luego... luego solo había gritos, nerviosismo, gente llorando, dos heridos, uno con el costado sangrando, gente corriendo, el palio a paso de mudá, ciriales apagados, gente llorando de nuevo, vecinos abriendo los portales para que la gente se resguardara, chavales corriendo, portales llenos... y miedo. Amigo sobre todo se respiraba miedo y terror. Yo estaba con mis padres, y recuerdo que él era el único que guardaba la calma. Mi padre era el único que decía: Tranquilos, tranquilos, ¿por qué corréis?, pero la gente no le respondía. Él decía que la gente corría porque otra gente corría.

En menos de cinco minutos escuché varias versiones: una tubería, un tío con una pistola, una bomba, un toro... de todo. Incluso alguien dijo que Alfredo S. Monteseirín se había encerrado en el Ayuntamiento y había cerrado las puertas.

Al día siguiente, más versiones en los telediarios.

De una forma u otra, es algo que se recuerda. Lo primero que pensé: se han querido cargar la Madrugá. Me quedo con la opinión del amigo Lorenzo Blanco. Nunca nos contaron la verdad.

Siento la extensión de mi comentario amigo.

Un fuerte abrazo.

Zapateiro dijo...

Yo tuve mucha suerte.
Estaba, con algunos amigos más, en la calle Zaragoza, al lado de la Taberna del Alabardero. Vi pasar la hermandad del Gran Poder y decidimos quedarnos en la acera sentados un ratito porque nuestro siguiente objetivo era ver el Calvario en la plaza de Molviedro.
No pasaron ni diez minutos desde que pasó el palio cuando, sentados aún en la acera, comenzamos a ver a gente correr hacia la plaza Nueva y nos pusimos en pie dispuestos a informarnos de lo que estaba ocurriendo. Nadie nos sabía decir qué pasaba durante el primer minuto y nos mantuvimos en el sitio. Pero todo cambió cuando una mujer de bastante edad pasó llorando y casi asfixiada y le cogimos del brazo como para ayudarla y nos dijo que había un hombre en la esquina con Reyes Católicos con un cuchillo. Acto seguido la cantidad de gente corriendo aumentó considerablemente y echamos a correr, pero cuál fue nuestro asombro cuando vimos que igual que nosotros íbamos en dirección a la Plaza Nueva, muchos venían en dirección contraria a carrera limpia. Afortunadamente, la Taberna del Alabardero tenía abiertas sus puertas, así que decidimos meternos allí y esperar. A los pocos minutos y viendo la que estaba formada decidieron cerrar las puertas y nos quedamos dentro unos cuantos afortunados.

Mi preocupación mayor era que mis hermanas, nada cofrades por cierto, habían decidido ese año, por fin, conocer algo de la Madrugá conmigo y habíamos quedado para ver el Calvario. ¿Dónde estarían?¿les habría pillado la bulla? ¿estarían en peligro?

Una vez en la Taberna nos pedimos un café y comenzaron a decir en la radio que había sido un escape de gas en la Campana y que el pánico se había extendido. Llamadas de teléfono tranquilizadoras. Así que nosotros nos quedamos con esa versión y esperamos que pasara la tormenta.

Mis hermanas me llamaron a la media hora contándome que les cogió en Reyes Católicos el follón y corrieron tanto que no pararon hasta llegar a la Torre del Oro y se volvieron a casa.

Cuando pasó un tiempo prudencial volvimos a la calle y no alteramos nuestros planes. No miento si digo que fue la mañana de Viernes Santo que más tranquila vi el Calvario, Los Gitanos y la Esperanza de Triana.

Lo único positivo de esto fue la puesta a punto de planes de seguridad coordinados que no han dejado de sucederse durante estos años, la afluencia menos masiva y con algo menos de niñatos durante esa mágica noche y la imagen que siempre tendrán grabadas mis retinas de ese nazareno de mi hermandad de los Gitanos abrazado inmóvil a su Cruz de Guía.

P.D: perdón por la extensión.

Un saludo.

eres_mi_cruz dijo...

La leyenda urbana dice que fue un acto de promoción de aquella película en que una virgen pegaba un explotío...
nadie conoce a nadie en su casa cuando no hay nadie... o argo así...

Por aquellas fechas también hicieron un videojuego para matar nazarenitos y al tío lo empapelaron...
y una película alemana porno que también se rodó... aunque eso me suena a la expo...

En fin... que lo intocable siempre es caldo de cultivo para las bromas de los que no lo entienden o, sencillamente, sólo tienen ganas de molestar...
recientemente también se tomaron a chufla nuestra Semana Santa en un programa chorra de televisión...

Como diría Pepe Pinto cantando a Rafael de León...
¡Y a mí qué!... Con tal de que de mi vera tú nunca te desepare
toíto te lo consiento menos fartarle a mi mare.


y además...
seguro que todos estos buenrrollito arternativo...
tienen los carzoncillos roíos a palominos...

Unknown dijo...

Buenas, es la primera vez que escribo en el blog y quería dar mi punto de vista respecto al tema.

Salgo de nazareno en el palio de la Virgen de las Angustias y, por suerte o por desgracia, me tocó tragarme (casi literalmente) las 4 oleadas sucesivas de gente huyendo espantada, ya que me pilló la avalancha justo en la esquina de Sor Angela con la calle Imagen.

Desde mi punto de vista, aunque mucha gente no esté de acuerdo, pienso que parte de la culpa de la que se montó (una vez pasada la primera bulla) la tuvo la policía, porque no supo estar a la altura de la situación ni supo tranquilizar al personal. Después de la segunda oleada de gente, mientras los nazarenos nos refugiábamos junto al palio en la Calle Sor Angela, apareció un furgón de policía nacional en San Pedro y los policías se metieron metralletas y pistolas en mano hacia la Carrera Oficial. Creo que en ese momento, donde algo gordo se supone que habia pasado, pero que no se sabía exactamente qué era; donde había gente realmente horrorizada, realmente presa del pánico, lo que no puedes hacer es sacar un arma si no estás realmente seguro de que tienes que hacerlo, porque de esa forma lo único que haces es aumentar la tensión y la incertidumbre entre la gente. Ya digo, es mi punto de vista.

Respecto a anécdotas... Me quedo con el trstísimo recuerdo de ver esa mañana una carretilla llena de cruces rotas de los penitentes de la hermandad junto al altar del templo. Tremendo, creo que esa imagen no la olvidaré en la vida.

Saludos.

Anónimo dijo...

Uno de los nazarenos que estaba con el Cristo a la altura de los relojes de la calle Sierpes era yo.
Estábamos parados porque iba a ver un cambio de costaleros a la altura de la callecita de al lado de los relojes. De momento, recuerdo a una chica joven asustada dicendo a una mujer policía nacional que venía con el paso, que había un hombre con una pistola. De ahí en adelante, sólo recuerdo verme venir toda la calle ´sierpes para nosotros (el ruido de los "tiros" eran las sillas cayendo al suelo...) El propio paso nos dió cobijo con el rincón de la joyería de los relojes- Muchos nazarenos se metieron antes de que lo cerraran, en el Círculo que allí hay.
Algún nazareno perdió su antifaz. Yo ayudé a una señora muy mayor que se me agarró al brazo al caerse todas las sillas.
La verdad, ha sido la única vez que he sentido miedo de verdad por mi vida. Luego, lo que todos sabemos, una tubería, una huelga de policías, un juego de rol, el del cuchillo, el de la pistola, el toro y yo que sé cuantas cosas más.Me dá que nunca sabremos exactamente qué ocurrió, la politica tiene estas cosas. Cierto es que algo de lo anterior fuese verdad, que hubiese ocurrido de ahí en adelante...???

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