5.11.07

6 DE NOVIEMBRE. DIOS DE DIOS


Cuando el escultor se levantó aquella mañana sintió sobre sus espaldas el peso de la responsabilidad. Sobre la mesa de su taller de la collación de la Magdalena descansaba el documento que le obligaba a realizar una obra de importancia, una “hechura de Cristo del natural de dos varas de largo, enclavado, en madera de cedro y con la cruz de ciprés de cuatro varas con sus clavos de hierro pavonados” . Era todo un reto. Por muchas cosas. Por la persona que se lo había encargado y por las condiciones que le había planteado.
Toda la noche estuvo recordando la visita de Don Gaspar Pérez de Torquemada, el conocido mercader que le encargó la obra. Insistió mucho en que debía ser parecido al Cristo del arcediano Vázquez de Leca. Nada menos que un crucificado del gran maestro: Juan Martínez Montañés...
Se despertó temprano aquella fría mañana de noviembre de 1611. Sobre su mesa el contrato y los quinientos reales de vellón que le había entregado el mercader a cuenta. Le había impresionado su apariencia: un hombre cultivado pero cercano, de gran porte pero sencillo, accesible pero con gran profundidad, con apariencia intelectual pero al mismo tiempo cargado de sentimientos. Su ropa lo decía todo: ricas telas negras que contrastaban con unas sencillas alpargatas negras. Todo esto recordaba el escultor cuando imaginaba cómo sería el Crucificado que iba a realizar. Lo primero era ir a ver el modelo, el Cristo de Vázquez de Leca.
Lo conocía personalmente. Por eso decidió visitarlo por la mañana. Vivía cerca. En su casa recordó aquellas historias que contaban sobre aquel donjuan. Cuando le invitó a su capilla particular, Vázquez de Leca le contó que tenía intención de donar aquel crucificado a la Cartuja de las Cuevas.
-“ Menos mal, he llegado en el momento justo” pensó el escultor.
Delante del modelo, el escultor Francisco de Ocamp no fue capaz de mirar los ojos del Crucificado. Parecía que le hablaban a lo más hondo de su corazón. A sus pies, el escultor sólo pudo recordar una oración, aquello de Dios de Dios, luz de luz. Y cuando pudo abrir los ojos no pudo evitar mirar la imagen con ojos de análisis: sudario, anatomía, rostro, musculatura, posición, encarnadura...
Al salir de aquella casa un cúmulo de sensaciones se agolpó en su mente. Pensó en perfección, en músculos, en clavos, en cedro y en ciprés, en una mirada y en un mercader, en unas ricas telas y en unas alpargatas negras. Más tarde, cuando empezó a trabajar en la imagen, en medio de una negra madrugada sólo musitaba una oración: “de la misma naturaleza que el Padre...”
Aquella noche de 1611 el Cristo del Calvario nacía en la mente de un viejo escultor...

15 comentarios:

bogar dijo...

Como siempre bonito,intenso y enriquecedor.Gracias por enseñarnos contigo es facil aprender.Saludos

Anónimo dijo...

Soy hermano del Calvario y me estremece este artículo. Mil gracias.

Anónimo dijo...

Los frikis hacen revistas para frikis y los sabios dejan sus chispazos de ingenio en Internet.
Esto no hay quien lo entienda.
¿Por qué no ha publicado usted este artículo en la revista que acaba de estrenar el periódico de las tres letras?
¿Por qué?
Responda, profesor...

el aguaó dijo...

Magnífico amigo. Me encanta cómo escribes. Es un placer leerte.

Gracias por enseñarme más cosas.

Un fuerte abrazo.

Er Tato dijo...

Recuerdo cuando hace algún tiempo el aguaó me recomendó tu blog. Ese día me hizo un gran regalo.

Saludos

Anónimo dijo...

Que razón teneis,pocas personas escriben como nuestro profesó...

Anónimo dijo...

Muchas gracias por este relato señor rascaviejas. Soy muy devoto de este Cristo y gracias a usted ya se algo mas de su historia. A ver si algun dia hace alguno sobre el Cristo de la Salud de San Bernardo...

Saludos

Reyes dijo...

Creo que cambiaré a mi hijo de instituto.
Es usted un verdadero sabio de sevillanía.
Gracias por la clase, profesor.

Verá cuando asome por aquí Maese Rancio...

el aguaó dijo...

Consigue que todos los de su alrededor se interesen por la Historia. Si además son chavales jóvenes... una fuerte ovación para nuestro profesor por favor.

Anónimo dijo...

eso, eso... estoy de acerdo con el señor "el aguao" por que usted hace que los chavales jovenes nos interese la historia...

Felicidades señor rascaviejas

Rascaviejas dijo...

Gracias por vuestros comentarios. La verdad es que ayer me sorprendió el número de visitas a este modesto blog: casi mil visitas en 24 horas. Algo increíble. Pero lo que más me agrada es constatar que pueda servir de motivación para la historia, incluso para la gente joven. Así da gusto.
Respecto a lo que comentan anónimamente, cada uno escribe donde quiere, puede ...o le dejan. pero no me malinterpreten. Quizás en un futuro no tan lejano vean nuevas cosas de un servidor en papel. Y sobre todo ya saben que nuestro rincón es éste. Gracias a todos.

Anónimo dijo...

Se lo merece profe.

Lorenzo Blanco dijo...

No que se le da mejor a maese Rascaviejas, la historia o la literatura, ya que bien escribe lo que bien cuenta.

En fin, esperemos que con tanto elogio no se nos peiperviudice, y quiera cobrarnos los accesos a este ateneo de las pequeñas historias.

Saludos

Reyes dijo...

Exacto, Ateneo de las pequeñas historias.

Ranzzionger dijo...

Entre su texto del martes y cierto gol en la fría noche rumana del miércoles, ya llevamos dos obras de arte en la semana. Enhorabuena.