24.9.07

25 DE SEPTIEMBRE. LA MANO NEGRA


“A los nietos de la negra, el dinero le blanquea las manos”. Era un refrán que había escuchado aquel malvado mulato en más de una ocasión. Muchos decían que la codicia lo acompañó desde la cuna. Y es que Francisco de las Heras, que así se llamaba el mulato, siempre luchó por el dinero. Sin escrúpulos, que ya lo decía el refrán: “aunque salga de manos asquerosas, el dinero, huele a rosas...”
Sevilla, septiembre del año del Señor de 1750. El criado mulato no perdonó a su señor que lo reprendiera el día anterior. Cuando fue sorprendido jugando a las cartas, el dueño le gritó que “juegos de manos eran de villanos” y que “un buen cristiano tenía las manos blancas, que son las que no ofenden”. No lo soportó más. Al día siguiente, en silencio, sin que su mano derecha supiera lo que hacía su izquierda, decidió esperarlo al anochecer. Poco imaginaba el Marqués de Moscoso cuando volvió de América que su fin estaba cerca: en las manos de un criado mulato. El muy malvado lo esperó escondido en una calleja cercana al convento de Madre de Dios. Con el paso del tiempo notaba cómo sus manos se iban calentando, “que el que espera desespera” y que “las manos calientes amor tienen ausente”. En medio de la oscuridad, sin compañía, el Marqués apareció ya bien entrada la noche. Allí lo asaltó el esclavo mulato, le clavó un cuchillo y logró herirlo, más queriendo huir, el marqués resbaló con el caballo en el atrio del convento de San José. Allí fue su fin. El pérfido mulato volvió a acuchillarlo y derramó su sangre en la puerta del convento mercedario. En la oscuridad de la noche salió corriendo por las callejas de la judería. Pero ya lo dice el refrán: “lo que se hace con las manos, se desbarata con los pies”. Y es que el mulato cayó al suelo en la persecución y fue detenido por dos alguaciles del lugar.
La noticia corrió en Sevilla como la pólvora: un mulato asesinaba al marqués de Moscoso. Rápidamente fue condenado a muerte en un juicio implacable. Pero no una muerte sin más. A los tres días el pérfido criado recibió doscientos crueles azotes en la Cárcel Real. Todo mientras su carcelero le gritaba: ¡toma, hideputa!, que “cuando Dios da, da a manos llenas”. A la semana siguiente, mientras la nobleza enterraba al Marqués a la espera de su traslado al convento del Loreto, el mulato era vilmente ahorcado en la plaza de San Francisco. Con un detalle: un esbirro le cortaba la mano para colocarla en el lugar del crimen...
El día 25 de septiembre una mano negra colgaba de una pica en la judería. Fue un día lluvioso, una lluvia que parecía querer limpiar la sangre de aquel asesino. Pero ya lo sentenció una vieja del lugar: “manos de puta, de ladrona y de corneja, cuanto más se lavan, más negras se quedan...”

17.9.07

18 DE SEPTIEMBRE. EL PROVOCADOR


Convento de Regina Angelorum. Misa dominical. Frailes dominicos y pueblo seguían los latines de la liturgia. Se esperaban las palabras del provocador desde el púlpito. Subió lentamente. De forma pausada. Casulla bordada en las alturas. Y en medio de la tierra de María Santísima largó su teoría: “María fue concebida como vos y como yo y como Martín Lutero...”. El fraile Molina acababa de abrir la polémica sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen...
Sevilla, septiembre de 1613. Las palabras de un dominico habían “puesto horror en la orejas cristianas”. Había dudado de la Concepción Inmaculada de la Virgen... No se podía tolerar. El pueblo actuaría. No en el momento: Molina pudo salir con vida de la iglesia aunque días más tarde denunciaba que le habían colocado una bomba en su dormitorio...
Para bomba la que estalló por Sevilla. Había que acabar con aquellos perros dominicos. Se celebraron reuniones de hermandades y la primera en actuar, para algo se las daba de primitiva, fue la hermandad del Silencio. Convocó para el 18 de septiembre una salida extraordinaria de desagravio. Cuentan las crónicas que fue una procesión digna de ver. A la caída de la tarde, miles de personas se congregaban en los alrededores de la calle de las Armas, junto a la iglesia de San Antón. Los hermanos de la hermandad de Jesús Nazareno salieron a la calle portando cirios, con banderas celestes y blancas. Entre el pueblo se oyeron cánticos y alabanzas a la Virgen. Varios hermanos portaban al final del cortejo una imagen de la Virgen que despertó la piedad de todoS los asistentes. Entre el público, un jovencito llamada Diego imaginó a la niña de sus sueños como una Inmaculada. Cuando volviera a su taller haría el boceto que tenía en la mente. Otro de los asistentes, una tal Miguel del Cid, tuvo tiempo para hilvanar una poesía a la Inmaculada. La pareció incluso ocurrente, quizás la presentaría a algún concurso de los que se habían convocado. Todo en medio de una procesión de desagravio que fue un éxito de público. Al finalizar, Dieguito marchó con el boceto en la mente y Miguel remató su composición. Decía así: “Aunque le pese a Molina/ y a los frailes de Regina/ al prior y al provincial / María fue concebida / sin pecado original”. Una poesía algo ripiosa pero que seguramente tendría éxito. Había nacido la Sevilla defensora de la Inmaculada Concepción...
Han pasado casi cuatrocientos años de aquel día. El boceto soñado se hizo luego un cuadro que, como tantos, no se conserva en Sevilla. Quizás hoy, al joven que se sentía poeta le pondrían un atril de pregonero. Y seguro que el maldito provocador se movería por mil y un programas basura de la tele contando su dichosa teoría....

11.9.07

11 DE SEPTIEMBRE. EL TARUGUERO


- En nombre del rey, queda usted preso por taruguero...
Esta fue la frase, quizás algo cómica, pero en el fondo terrible que escuchó aquel grandullón al salir de su trabajo en la fábrica de Tabacos. Los cronistas no quisieron que su nombre pasara a la posteridad, pero fue el primer condenado tras la pragmática publicada unas semanas antes...
Sevilla, septiembre de año 1750. La gran industria de la ciudad seguía siendo el monopolio del tabaco. En hoja o picado, el oro en hoja que venía de América sólo se trabajaba en la nueva fábrica extramuros la ciudad, la mayor de la Europa del momento. Miles de operarios atravesaban sus rejas diariamente y pasaban un duro control: el tabaco no podía salir de aquella fortaleza bajo ningún concepto. Pero la necesidad es más rápida y lista que las leyes y aquel trabajador, del que no conocemos su nombre, acumulaba deudas que no podía pagar. Por eso se atrevió a sacar tabaco de la fábrica. Nada menos que tabaco picado....
La primera vez le costó mucho trabajo. Un compañero le propuso sacar tabaco con el método más seguro: escondido donde más pecado había y donde menos miraban en los controles. Vamos, en el lugar donde la espalda perdía su honesto nombre...
Con mucho esfuerzo aquel cigarrero había hecho de tripas corazón, y nunca mejor dicho... En una tripa de vaca estirada se introducía el tabaco en polvo, se ataba, se agachaba el compañero, se bajaba los pantalones, se contenían respiración y esfínteres y... ¡hala!, tabaco escondido. El corpulento cigarrero notó al principio numerosas molestias e hinchazones, incluso una consecuencia inconfesable: los aires de aquella tripa acababan trastocando sus aires propios, con un resultado nefasto. Pero el dinero era el dinero y cuando vendía la mercancía en el exterior se olvidaba de aquellos problemas...
Pero algo falló en el control de aquel día. Al ser cacheado por los soldado se cumplió el viejo refrán: “la voz del culo no tiene remedio ni disimulo”. Le hicieron bajarse sus vestimentas y el retortijón fue mayúsculo. Algo extraño había allí dentro. Entre risas, un soldado le dijo: Válgame Dios, “que de barriga gigante, pedo retumbante” y con poco tacto le extrajo la tripa de vaca llena de tabaco. Detenido por taruguero...
Aquel gordiflón tembló de vergüenza. Quizás la cárcel, quizás los azotes, quizás fuera ejecutado. Qué más daba...Él, un cigarrero de gran porte, salió preso de la fábrica, con las vergüenzas al aire y escuchando a aquellos guardianes: ¡Vaya con el cigarrero, gigantón, pedorrón, ancho de espalda y estrecho de culo...” El fin del refrán fue la condena de aquel taruguero un día de septiembre de 1750...

3.9.07

4 DE SEPTIEMBRE. LA SICILIANA


Cosas de la vida. Aunque naciste en el siglo XII, no te trajeron a Sevilla hasta 1700. Son muchos años pero sigues conservándote joven...
Posiblemente esta tierra te recordó a la tuya, que son muchos los que dicen que Sevilla y Sicilia se parecen mucho. Por eso no te sentiste extraña. Por eso y porque fuiste bien acogida desde un principio. Primero pasaste unos días en Santa Marina y luego te asentaste definitivamente en San Lorenzo. Cuando te trajo el cardenal Palafox hubo que explicar tu historia a tus vecinos. Fue entonces cuando empezaste a ser una vecina más. Les contaron que eras una niña de apenas 14 años cuando se te apareció la Virgen y te recomendó que huyeras de este mundo. Alguien me llegó a comentar que eras tan bella que tu atractivo ponía en peligro la belleza de tu alma. Eran otros tiempos. Hoy rápidamente habrías sido portada de Interviú...
Pero en tu época no era así. Unos ángeles te llevaron a la cueva del Monte Coscina y cuando tus padres se enteraron, te trasladaron al monte Pellegrino. La verdad es que sería un disgusto para ellos, un padre tan importante, descendiente de Carlomagno y su hija hecha una anacoreta, vamos una hippie de su época...
Supongo que cuando llegaste a Sevilla en el siglo XVIII notarías un clima como el de tu tierra. Por eso te adaptaste pronto. Y es que en tu convento de monjas capuchinas no se vive nada mal: en pleno centro, con muchos metros cuadrados y sin pagar hipoteca... Y encima rodeada de silencios y de belleza...Porque desde tu nueva cueva has visto casi de todo. Fue el cardenal Salcedo el que acabó la primera iglesia. Años más tarde, allá por 1761 lo pasaste muy mal: un incendio destruyó tu casa, la casa de las monjas. Pero otro príncipe de la iglesia, el cardenal Solís, la reconstruyó con todo lujo. ¡Lujos a ti, que te había ido a vivir a una cueva...! Retablos barrocos, imágenes pinturas, dorados...una especie de cueva siciliana de maderas y oros. Todavía recuerdas al cardenal, era tuerto, e incluso el día en que trajeron su corazón para que descansara en su convento... Y es que tu nueva cueva es un privilegio. Cada año ves desde ella una Virgen dormida que parece ir al cielo... Aunque lo que de verdad te conmueve es ver al Señor de Sevilla de regreso. Desde la altura. Cuando lo ven aparecer en la mañana del Viernes Santo algunos creen que se caerá en medio de la calle. No saben que aguanta gracias al aroma de tus rosas y al ejemplo de tu penitencia...
Hoy, 4 de septiembre, celebramos tu día, el de de una santa llamada Rosalía. Dicen que eres abogada contra las epidemias. Te rezaré para que nos libres de las peores epidemias de nuestros días. Se llaman incultura y egoísmo. Haz algo Rosalía, que ya hay demasiados contagiados...

1.9.07

1 DE SEPTIEMBRE. ANIVERSARIO


Primero fueron unos textos en Onda Cero. Luego pasaron a Punto Radio. Contar en dos minutos un detalle de la historia de la ciudad. Una colaboración que luego se hizo algo más difícil: narrar una pequeña historia de la ciudad que hubiera ocurrido en el día que marcara el almanaque. Nacía así “El almanaque de Sevilla”, una sección de radio que pronto tuvo buena aceptación. Hubo quien nos pidió los textos por escrito y hasta hubo quien grababa esos dos minutos de pequeñas historias. Por eso decidimos trasladarlos a un lugar que perdurara. Modernidad de nuestros tiempos: un blog.
Así nació, hace un año, este invento. Sin más pretensiones que ser un lugar donde recordar un detalle de la historia de la ciudad. Desde entonces han sido más de ochenta las historias que hemos contado...
Siempre pensé (ahora hablo en primera persona) que esto sería un lugar para unos pocos. No me preocupé ni por el contador ni por añadir más cosas (mi torpeza informática y el cambio diario de pañales me impide dedicar más tiempo a esto). Aunque poco a poco me di cuenta de la importancia del invento. Sólo por la fidelidad y el interés de tanto amables visitantes este rincón merece la pena. Cuando me decidí, hace unas semanas, a colocar el contador, me di cuenta de que esto crecía: hasta cuatrocientas visitas diarias... A algunos os pongo cara, a otros sólo os pongo el apodo, a todos os tengo presentes en la lectura semanal de estas pequeñas historias. Sólo tengo palabras de agradecimiento y la petición de comprensión por no ser un contestador rápido de cuestiones o de sugerencias. Lo más grande de este invento está al otro lado de esta pantalla de ordenador. Aunque no tenga rostro, ni nombre, ni apellidos...
Desde hoy el almanaque (con el precedente quijotesco desgraciadamente no previsto) vuelve a abrir sus páginas. Con su modestia inicial. Con un proyecto futuro: recopilar en una publicación una pequeña historia sevillana de cada día de la semana, un libro con 365 historias...
Una novedad: junto a los textos, se colgará cada semana una foto sin más comentario. La palabra será vuestra. Espero que juntos sigamos pasando cada día las paginas de este almanaque: quedáis invitados.