30.3.09

PREGÓN DEL COSTALERO (ERÓTICO-FESTIVO)

(Foto: Canónigo Alberico)

¿Estáis puestos costaleros de Sevilla, sentados, en cuclillas y expectantes, en postura o en posturita para lo que ha de venir?
¿Estáis puestos aromas y olores de costal viejo y de zapatillas usadas y no lavadas, fragancias de Heno de Pravia y de Hugo Boss de mercadillo, sudores de ayer, de hoy y de mañana, aromas de incienso y aromas contenidos y expectantes tras los chícharos de la tarde?
¿Estáis puestas camisetas de algodón de almacén y lycras de chino, camisas de Polo y chalequitos del Caballo, con su peste incluida; calcetines de deporte con rayitas y con raquetitas, vaqueros de marca, de medio marca y remangaditos del charcolapava; braslip de toalavía y calvinkleines de tres a doscien?
¿Estáis puestos cuellos de cisne y morcones en lugar equivocado, hombros atléticos y canineros, pectorales depilados y abrigados, dorsales de mosquito y de murciélago, abdominales de portada del Zero y barrigas de Gambrinus, gemelos de futbolista y de camisas del Manué, muslos de imaginero moderno y canijuras de costalero antiguo?
¿Estáis puestos, costales de pasarela y de Galerías el Pavo Real, de la Casa del Nazareno y de la Casita?
¿Estáis puestas morcillas de costal morcillonas, flojingangas, duras, espléndidas, pornográficas y amorconadas?
¿Estáis puestos paquetes de tabacos, paquetes que cargan a la izquierda, a la derecha y los que van siempre de frente? ¡Nada de paso atrás! ¡Sin plásticos, que no llueve!¡Siempre de frente!
Mira que voy a llamar... Mira que voy a llamar con el bronce del badajo de las campanas de la Giralda...

¡Tos por igual, valientes!

A Sevilla tó se le levanta...
¡Pa dentro con toas las ganas
sabrás lo que es una tranca!


(Se cae el Maestranza de aplausos, comentarios generales laudatorios, críticas en susurros y corrillos y comienzo de las puñaladas traperas por las espalda...)

26.3.09

MUERTE EN DIRECTO.

(Foto: Antonio Sánchez)
Cuando George Orwell publicó en 1949 la novela rebautizada por los editores como 1984 quizás no estaba siendo consciente de la trascendencia posterior de un escrito en el que se imaginaba un mundo controlado por la cámaras y por la omnipresencia de un ser que lo controlaba todo, desde la apariencia hasta el pensamiento. Una novela que, en parte, quiso denunciar el sistema stalinista pero que, al mismo tiempo, adelantó algunas de las miserias posteriores del hombre del siglo XX. Paradojas. Una gran novela que anticipó supuestos experimentos televisivos como la serie Gran Hermano, la omnipresencia de las cámaras en la vida cotidiana, el control del lenguaje y hasta del pensamiento por los gobernantes, la pérdida de la intimidad y hasta la pérdida de la dignidad. Hace unos días moría Jade Goody, la concursante del Gran Hermano británico que retrasnmitió su muerte para el consumo de las masas. Muerte en directo. Modernidad. Adiós a la intimidad. Contemplación de las miserias ajenas. Consume tragedias y come palomitas. En el sillón de tu casa. Quizás así te olvides de la crisis...
En Sevilla hoy podemos respirar aliviados: nos hemos subido al tren de la modernidad. No. todavía no es el metro, pero casi. La modernidad es el control por cámaras. Nuestro próceres del Ministerio de la Verdad ha colocado cámaras en las obras de la Encarnación. Adiós al doblepensar. La policía de la verdad nos coloca la única realidad en la pantalla de nuestra tele. Podemos ver minuto a minuto cómo crecen las setas de la Encarnación. Gran Hermano de la modernidad. Neolenguaje de un mundo de fantasía hecho para las personas, habitable, sostenible, flexible, diverso, accesible y biodegradable. Y un mojón, con perdón. La desproporción, la fanfarronería, la pérdida de la medida de la ciudad, el despilfarro, la fastuosidad neocateta, los sueños de grandeza, la tardanza eterna en la culminación, la herida en el corazón de la ciudad retrasmitida en directo. Mira que has de morir, mira que no sabes cuándo... Vanitas barroca en tiempo de Cuaresma. Palomitas al alcance de la mano. La ciudad que muere. Y usted que puede verlo en riguroso directo...
http://www.sevilla.org/urbanismo/

23.3.09

24 DE MARZO. Y TÚ, ESTRELLA

“Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies y sobre la cabeza una corona de doce estrellas...”. La llamaron la más sevillana, pero siempre estuvo en Triana. Fue siempre la más hermosa pero posiblemente la que más lloró. Dio rostro a la madera, pero las primeras manos que la vistieron fueron manos de alfarero. Al otro lado del puerto, pero fundada por gentes de la mar. Escuela de mareantes en el viejo arrabal. Triana y Sevilla. El altozano revestido con la elegancia macarena que le llegaba desde el Arco de San Gil. Negro manto románico de cofradía de ruán. Contrastes de la Sevilla barroca. El sol en lo alto y la luna bajo sus pies. La mirada baja y la elegancia innata. Cargó con la pena de su Hijo y con las penas de sus hijos. Su Hijo, todo un dios que mira a los cielos. Su madre, una mujer que llora mirando al suelo. Triana pura en cacharro de las santas Justa y Rufina. Pero la Giralda al centro. Cuando dijeron en el banco azul que España no era cristiana sus lagrimas se multiplicaron al otro lado de la orilla. Brillos de porcelana reflejando la tristeza de una candelería de media tarde. Dicen que de Montañés, dicen que de Mesa, dicen que barroca, dicen que neoclásica. Incluso surgió alguna copia en algún rincón olvidado. Stella matutina. Reina del grande océano. Valiente simplemente por hacer lo que tenías que hacer. Quisieron manipularte pero no pudieron contigo. Qué sabrá la bajeza humana frente al destello de toda una estrella. La de la mirada baja. La de la pena más honda. La de la melancolía profunda. La que más llora pero la que más nos ilumina. Te quisieron colocar en uno y en otro bando. Año 1932. Un día como el del hoy. Semanas de presión. A favor y en contra. Manipulaban unos y todavía manipulaban más otros. Publicidad en los periódicos y cabildos llenos de tensión. Cumplir las reglas o cumplir con otras cosas. No fue el domingo, pero fue el jueves. Saliste a la calle. Como mandan las reglas. Como Dios, el que trianea, manda. Izquierda adelante, derecha atrás. Siempre de frente. Nunca hubo más ojos contemplándote. Quizás hubo miedo, quizás precauciones. Algún disparo y algún cretino de más en el recorrido. El Triunfo fue el del pueblo. Triunfó la emoción. Fuera mediocridades para entender a toda una Estrella. Que “aunque seas republicana, aquí quien manda eres tú: la Estrella de la mañana”. Republicana vestida de reina. Tu reino no es de este mundo. Quizás sí. Lo comprendemos cuando un resplandor trianero ilumina Sevilla en la tarde del Domingo de Ramos.

20.3.09

22 DE MARZO DE 2015. MAÑANA SERÁN ESTRELLAS

M.C. comienza hoy su actuación en La isla de los famosos. Después de haber desvelado en ¿Dónde estás razón? el secreto de sus hermosos ojos azules, se dispone a mostrar en las lejanas playas de Honduras cómo se puede destripar un pulpo recién pescado y cómo cobrar por rascarse la barriga y mostrar algo más al público el penúltimo resquicio de su intimidad que le queda por vender...
S. vuelve esta tarde al plató de El programa de Felisa, donde volverá a contar su penúltimo noviazgo, siendo grande la expectación levantada pues en la entrega anterior prometió exhibir su nuevo pirsing inguinal y la nueva incisión en sus cejas, a juego con el teñido de su pelo patrocinado por la marca Morreal, porque el muchacho lo vale...
Cuquete, que así quiere ser conocido ahora, participa de nuevo esta noche en el programa “La Máquina de la mentira”, donde volverá a ser preguntado por ciertos sucesos que ocurrieron hace algunos años y que tanto él, como él como su abogado, el conocido M. G. M., niegan y refutan con pruebas, esta vez definitivas. Al mismo tiempo sale a la venta el serial coleccionable en la revista Interfú en el que se narran sus hazañas amatorias, estándose a la espera de su posible posado en próximas fechas...
Quien sí ha confirmado el posado con desnudo integral en la citada revista es la joven M., famosa novia menor del conocido M., que mostrará sus nuevos y siliconados encantos pagados con los tres últimos lloros realizados en riguroso directo en otros tantos programas televisivos. Por cierto, la madre de la joven M. será la que ocupe la portada la semana que viene para mostrar su tratamiento de rejuvenecimiento pagado con las tareas de comentarista de la prensa del corazón en la versión digital de Tela 5. Al plató central de la citada cadena acude, precisamente esta noche, el hermano mayor de M, dispuesto de una vez por todas a desenmarañar el parentesco con su hermanastro, la identidad de su padrastro y el destino final de un carrito de ruedas que durante mucho tiempo entretuvo las conversaciones de una ciudad del Sur de este país...
En el diario DEF, una pequeña esquela recuerda el aniversario de la muerte de una niña que fue conocida por su familia, sus amigos y por mucha gente que llegó a quererla. No aparece su nombre, porque los nombres se olvidan...

Coda: Hay sociedades que crían monstruos, los alimentan, los hacen crecer, llegar a escandalizarse de ellos y luego acaban sacándoles un maldito provecho...

18.3.09

19 DE MARZO. PADRE PUTATIVO.

San José en el calendario. Día de compras en el Corteinglé. Una excusita más. El Santo con más rincones. Tiene calle antigua en la judería, iglesia monástica hoy reconvertida, barroca capillita, barrio obrero y hasta cuatro esquinas... Como mi cama. Más de cuatro bares me la guardan. Está en la antigua calle Manteros, hoy Jovellanos. Triunfo de la Ilustración. Una capilla barroca que quisieron derribar los incultos por estar en mal estado. Otros quisieron quemarla y casi lo consiguen. Sobrevivió a unos y a otros. La construyó el gremio de los carpinteros, que para eso es su patrón, allá por 1509. Un hospital con iglesia que volvió a levantarse en el siglo XVII. Allí participaron Pedro Romero, Cayetano de Acosta y Esteban Paredes. Era el año 1699 y las obras fueron para largo. Una especie de Salvador en miniatura, con sus retablos barrocos. En la portada está nuestro santo. El esposo de la Virgen. Con su vara florida. Dicen los evangelios apócrifos que floreció como una señal divina, para que María supiera muy bien a quién elegir por esposo. Ya se podían inventar hoy algo así. Una historia que aparece también en la leyenda dorada de Fray Jacobo de la Vorágine. Sevilla, ciudad de leyendas. Lo de dorada suena a tercera edad... También están allí sus desposorios. Muy animados. Tanto que los capuchinos le han puesto últimamente unos cedés de música. Dicen que es espantar las palomas. Hay tanto pajarraco suelto... ¿Serán de música clásica, de flamenquito o de riguitón? Quizás sean de los Beatles. Total, aquello parece una cueva. Llena de arte. Liverpool sevillano... El pobre San José. Casto y puro en estos tiempos. Como el OPUS, que también le dedica iglesia, antiguamente mercedaria. Aunque el santo también tiene aire torero. En el Arenal. En la capilla del Baratillo está el San José que regaló un torero. Se llamaba José González Illo. Pepe Illo para los amigos. Tauromaquia fundamental. Pepe. Padre putativo. Dicen que son las sílabas más españolas. PP. A algunos les suena más a Génova. O incluso a muñecos de la infancia. No puedes evitarlo. No será carnaval pero vuelves a acordarte de la letra de una murga. De las de antes. Regaera en estado puro:
“Es Luisita una niña muy coqueta / caprichosa por demás / tiene quince abriles y es una preciosidad. /Dijo a su padre que quería un Pepe / para su angustia calmar / y el padre, por darle gusto / a la niña un pepe le llegó a comprar / Al ver la niña el muñeco, / desconsolada quedó / y a su padre le decía / esto no lo quiero yo. / Yo quiero un Pepe de carne / que me llene de pasión, / es lo que me pide el cuerpo / pero no un muñeco que sea de cartón.”
No te cabe duda. El día del padre da para mucho.


16.3.09

16 DE MARZO. BODIGUORL

"Un día cualquiera de un año ya olvidado nació en una casa que había en un lugar un niño como todos los demás niños. pasado el tiempo vivió, amó y sufrió como todos los demás hombres. Y, como todos los demás, también fue feliz algunas veces. No preguntéis su nombre, porque los nombres se olvidan". Aunque aquel nombre supuso la razón de la existencia de otra mujer. Se conocieron, el tiempo los acercó y el tiempo los hizo amarse. Sus cuerpos fueron uno. Y hasta crearon otros cuerpos. Tiempo de felicidad al que siguió un tiempo de carencias . Y de soledades. Y de abandonos. Y hasta de muerte, sólo la corporal. Porque las almas, a pesar de las debilidades de los cuerpos, siguen habitando rincones de olvidos... Antes de morir su cuerpo, aquel hombre pensó en donar sus restos a la ciencia. Firmó un consentimiento, como en las bodas. Su cuerpo fue plastinizado. Lo cortaron en rodajitas y le dieron un barniz de los del taller de su abuelo. ¡Ay, si lo hubiera sabido...!. Sus manos fueron expuestas jugando al baloncesto, el corazón que tanto amó fue expuesto en otro cuerpo porque no cabía bien en el suyo, sus piernas se expusieron bailando flamenco y su cerebro fue colocado jugando al ajedrez. Siempre había odiado el deporte, le había aburrido el ajedrez y había detestado la Feria. El doctor Frankenstein que lo cortó en rodajas no fue detenido y se atrevió a decir que había que "democratizar la anatomía". Para ver sus rodajas en el Casino de la Exposición de Sevilla hubo que pagar. No protestaron ni antitaurinos, ni defiendefocas ni firmantes del pacto por el lince. Un gran cartel decía a la entrada: Bienvenido a Bodiguorl, un viaje por el corazón
Hay muertos que deberían cagarse en otros muertos...

15.3.09

15 DE MARZO. ¿POR LA PLAZA O POR LA CATEDRAL?

¿Sólo o con leche? ¿Ración o tapa? ¿Vaso o taza? ¿Tanque o caña? ¿Natural o con hielo? Sin duda, uno de los lugares donde más se oye la disyuntiva de una elección es en un bar. Los tiempos cambian. Antes había opciones en otras cosas. Hasta en las indiscutibles. Si la hora es la misma para todo el país, Sevilla tenía su pequeña república independiente. Con hora diferente. Diez minutos de diferencia que dividían la ciudad en una nueva bipolaridad, capa ó cola, Triana o Sevilla...
Todo terminó el día 15 de marzo de 1956. El reloj de la Giralda fue adelantado diez minutos. Se igualaba por fin con el reloj del Ayuntamiento. Se acaba con una larga historia de desencuentros...
No era un reloj nuevo. Joaquín Guichot hacía referencia a su colocación en estos términos: “El 23 de enero de 1797 falleció en su convento casa Grande de San Francisco el muy diestro e ingenioso artífice mecánico fray Cordero, cuyos trabajos en hierro que tanta celebridad le dieron en Sevilla, subsisten en nuestros días para dar testimonio de su habilidad. La primera obra con que se dio a conocer fue la construcción del reloj de la torre de su convento, trabajo tan bien acabado que el cabildo eclesiástico le encomendó el que existe en la torre de la Giralda, quedando tan satisfecho de aquella obra que, entre otras gracias, le señaló una pensión vitalicia de doscientos ducados anuales para que atendiese a su conservación. La fama de fray Cordero llegó a conocimiento del gobierno, que le encargó la construcción de todos los instrumentos y máquinas para labores de la Casa de la Moneda. Finalmente, de su mano salió la magnífica reja de la capilla de San Pedro de la Catedral, cuyo cerrojo puede servir de examen a los más diestros maestros. El hierro en sus manos adquiría la blandura de la cera”.
El reloj de la Giralda se instaló el 30 de junio de 1765 y sonó por primera vez el 7 de diciembre del mismo año. El antiguo reloj de la torre pasó a la parroquia de San Marcos. Desde entonces, el reloj de Fray Cordero ha funcionado de forma exacta, siendo desmontado por única vez el año 1911 durante veinticinco días en los que fue limpiado por el relojero Torner.
Un reloj peculiar. Perfecto en sus diez minutos de retraso. Marcaba las diferencias entre la vida civil y la religiosa, entre capitulares y canónigos. Por eso era frecuente escuchar, cuando se hacía referencia a la hora, aquello de ¿Por la Plaza o por la Catedral? Una bipolaridad perdida en la ciudad. Los tiempos cambian. En todos los campos. Ya lo dice un amigo. Antes la pregunta era clara. ¿En tu casa ó en la mía? Dualidades de la ciudad. Ahora la opción puede ser mucho más complicada...
¿Por delante o por detrás?

12.3.09

MISTERIOS.

Dios es, fundamentalmente, un misterio.
No sabías porqué, pero esa fue la frase que resonó en tu mente cuando clavaste tus rodillas en el duro adoquín. Una frase envuelta en tinieblas de hachones verdes, en ecos de ejercicios espirituales y en hambres cargadas por el peso cotidiano de la cruz de tu existencia. Se clavaba el granito en tus pensamientos mientras alguien encendía la luz que iluminaría al viejo Dios crucificado. Dios de Dios. Luz para la luz. Dios verdadero en la cruz verdadera. La de la vieja madera de aromas medievales, la del relicario orgullo de la cofradía y la que hacía cargar el peso de las sombras de un pasado y de un presente sobre tus espaldas. No sabías porqué, pero aquella luz llenaba de esperanzas las dificultades de tu existencia. Había subido de forma parsimoniosa por una negra escalerilla de mano. Scala coeli. Los viejos latines que vinieron a tu memoria como una letanía en la distancia. Domus pauperum, scala coeli, la casa de los pobres que era la casa de Dios, las letras que decoraban el hospital de la Santa Caridad, aquella que tantas veces dejaste de ejercer. Quizás el motivo de tu penitencia y de tus oscuridades. Otro misterio que agregar a una larga lista por hacer en un tiempo de culpas, de culpables y de dedos acusadores. Alguien encendía la luz de un hachón y una luz parecía llegar desde el profundo misterio de aquellas andas. Verdadero Dios y verdadera cruz de cuyo interior llegaban ecos de un rezo. Respiraderos que lanzaban susurros de viejas beatas y de largas tardes en el rincón oscuro de la iglesia. Apestando a la gloria del sudor y del incienso llegaron a tus oídos misteriosos rezos salidos de una caverna de caoba y terciopelo. Era lunes. Santo. Día de misterios gozosos. Una sucesión de escenas narradas que habían ido mitigando el peso de tus culpas y el de la cruz sobre tu hombro. Negro sobre negro. Avemaría sobre avemaría. No había caído la tarde y ya habían pasado delante tuya anunciaciones, visitaciones, nacimientos y presentaciones. En aires de viejos susurros, sin manigueteros que las escoltaran. Ahora le tocaba el turno al Niño que se perdía en el templo. Hasta el mismo Dios de la Vera Cruz fue alguna vez una oveja descarriada... Perdido y hallado en el templo. Tiempo de penitencia y de misterios. En este caso gozosos. Quizás un espejo que te devolvía el peso de tus pecados en forma de sombras de un atardecer de Lunes Santo en la esquina de una vieja calleja. La del Abad Gordillo. Otro que para ti era un misterio. Vino a tu mente un dicho de la infancia: en la calle de los abades, todos son tíos y ninguno padres. Otra verdad envuelta en el misterio del desconocimiento infantil Y del adulto. No sabías si este había sido tío o padre. Una historia por conocer. De alguien que hizo historia. De tu Semana Santa. De las religiosas estaciones que frecuentaba la piedad sevillana. Las había escrito en tiempos barrocos, de teatrales misterios, de concilios tridentinos de luces y de sombras. Como las de un atardecer de Lunes Santo. De otro tiempo que se reencarnaba en cardenales de color sepia. Amantes de las letanías de eternos pecados y de prohibiciones de bailes, del lujo y del disfrute. Señal de prohibición bajo el rótulo de la calle. Sentimientos a contramano. En la esquina de un viejo callejón veías como iluminaban al Dios enjuto hecho un pequeño hombre en un pequeña cruz. Escena quieta de un tiempo parado. Tiempo del último príncipe de la Iglesia y de militares bajo palio. Sevilla valle de lágrimas. Con mucho teatro de grandezas y muchos rincones de miserias. Una historia que se repetía. Una hermandad que era muy ilustre, muy antigua, pontificia y real. También era venerable, fervorosa, humilde y seráfica. Unas palabras que encerraban el misterio de lo grandioso y de lo incomprensible. Como el paso del tiempo por los recuerdos de tus culpas. Se agolpaban en una cruz de madera sobre tus hombros. Atardecía. Y te llegaban los últimos susurros de los costaleros. El Niño Jesús había sido perdido y hallado en el templo. Gozo para la Virgen en los rezos de la tarde. La sucesión de misterios continuaría en la próxima parada. Zancos para tu corazón. Tus pensamientos dejaron la genuflexión y se fueron al cielo a pulso. Suave y cadenciosamente, que el Dios de madera dormía y no se debía despertar en los muros. Ya estaban encendidos los hachones verdes. Verde de la esperanza en un tiempo de luz, del sueño de los que viven despiertos esperando la verdad tallada en los pliegues de un madero. Ya incorporado, sentiste que la cofradía comenzaba a andar. Una última mirada al viejo crucificado de la Verdad llenó de luz las sombras de tus pensamientos. Alguien te había contado que la verdad te haría libre. Libertad en un tiempo sin libertades. Quizás fuera un viejo Dios de madera. Quizá en una esquina. Quizás en el misterio de una tarde de Lunes Santo. Unos niños habían sido testigos del encuentro del Niño perdido. Fue hallado en el templo abierto de una calle sevillana. Nunca imaginaste que entenderías el misterio en el atardecer de tu ciudad. El gozo de una nueva vida caminaba detrás de la cruz verdadera. Quizás fue una eternidad, quizás fue un instante. Quizás fue un misterio pintado con el blanco y negro de tus recuerdos. El enigma de un instante. Alguien lo hizo eterno con una vieja cámara Leyka...
Nunca volverás a dudarlo: Dios es, fundamentalmente, un misterio.
http://www.guiasemanasanta.com/sevilla/es/galeria.php

9.3.09

9 DE MARZO. EL TEMBLOR

Año 1951. La tierra tembló. Quizás no le gustó el cuerpo que le llegaba. Polvo eres y en polvo te has de convertir. Dale señor descanso eterno. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Mil y una frases que vinieron a tu memoria. Mil y una amenazas. Lágrimas. Carcajadas secas. Sonidos y temblores. Todo a través de un micrófono. De pie y muy alto. Sonidos temblorosos y para hacer temblar. Sevillanos: aquí Radio Sevilla. Una pesadilla lejana que sonaba en tus oídos. El general en jefe de los ejércitos en éter había muerto. Lo enterraban en la Macarena. Con todos los honores. Tuvo el raro honor de hacerte temblar. No aquel día. Mucho antes...
Era una voz sin cara en una infancia a punto de desaparecer. Prematuramente. La radio era mucho más que una radio. Centro de gravedad en el cuarto. Sobe el aparador y con tapete de tu abuela. Con botones y ruedas que te llevaban a tierras lejanas, a mundos desconocidos, a sonidos celestiales. Las coplas de la abuela y las orquestas de papá, el parte a la hora fija y tantas cosas más...
Todo cambió aquel día. El día de la primera charla. Era más que eso. Era un pregón de maldades y un terremoto para tu inocencia. Tantos años antes... “Cuando triunfemos tengo pensado que, para ciertos crímenes, sean borradas del diccionario las palabras piedad y amnistía...”. Temblores. Los curas te habían hablado de la piedad y aquella voz aguardientosa la tiraba por tierra. “Tened un poquito de paciencia; tendréis que pasar por el fastidio de escucharme...”. Temblores. “...Yo os juro por mi palabra de honor y de caballero que por cada víctima que hagáis he de hacer por lo menos diez...”. Temblores. “Nuestros valientes legionarios han enseñado a los ojos lo que es ser hombres. De paso, también, a las mujeres de los rojos, que ahora, por fin, han conocido hombres de verdad y no castrados milicianos...”. Terremoto en tu corazón. Una pesadilla que te acompañó durante años...
Con el tiempo pusiste cara y bigote a aquella voz, y viste sus ojos mirando al vacío de la nada y a carcajadas mezcladas con alcohol y con el odio de la maldad. La locura existía. El demonio también. Quizás los curas te habían dicho la verdad.
El tiempo, sólo el tiempo. Llegó incluso el día en que llegaste a sonreír pensando en aquel micrófono. Oíste aquello de “¡Atención! ¡Radio Sevilla! / Queipo de Llano es quien ladra / quien muge, quien gargajea / quien rebuzna a cuatro patas / ¡Radio Sevilla!”.
Aquel día de abril tembló la tierra. Esperanza para quien no creía en la Piedad. Sentencia de bondad para el que no la tuvo. Terremoto en el sismógrafo. Memento homo. Tus temblores quedaron olvidados en el recuerdo...

7.3.09

INMORTAL

Lo juro por el Santo Rey: en días como éste vuelvo a sentirme niño. Adiós a los siglos de historia y de historietas, a los personajes y a los personajillos, a los grandes hechos y al hecho de ver pasar el tiempo por cada esquina de mi piel. Un niño de la cabeza a los pies, desde la huerta de un rey más infante que nunca, hasta los cañones de la vieja fábrica, hoy pirotecnia de ilusiones en el atardecer del día que es mi día. Sí, ya sé que en las páginas de los almanaques del corral de Barilla ,o en el de la puerta de la peña, o colgado en una alcayata del corral de Santa Justa está marcada mi onomástica en un día de agosto. Mi día con fiesta solemne en la casa mayor y misa con capa pluvial, que el cura no entiende de calor ni de las calores, que bien que se abanican las pobres vecinas entre los avemarías y los tantum ergos. Día de fiesta pero compartida. Con demasiado desconocidos, un tal Erberto, un Filiberto, una Brígida y un tal Samuel; todos muy santos y devotos, abades, reyes y hasta profetas. Pero mi día no es ése, Váleme Dios y su bendita Madre que bien lo sabe. Mi día es un miércoles de primavera, el que endominga a mis vecinos y el que me hace volver a mi primera infancia. Incluso mi juventud. Aquella en la que me decían que sólo estaba pendiente de Cristo, que sólo era el loco por Cristo. Algo tendrían de adivinos, digo yo. Porque esa locura, ese mal que no tiene cura se manifiesta en mi día... Mi miércoles. El santo del Santo. Desde la primera hora a la última. Clarea la mañana y una luz especial parece invadir cada uno de mis poros; enloquece el Santo Rey y enloquece el cojo de su corral, enloquece el gallinato afrentamoros y enloquece hasta la cofia que usaba Garci Pérez de Vargas. Locura infantil. Volver a ser el niño que algún día fuimos. Dicen que hasta el viejo alabardero de la fábrica, el veleta ése que siempre apunta con su espingarda mohosa, se reviste con la casaca de la ilusión. La ilusión de vivir un día de grandes faenas, como las de Canelo, o las de Narváez o las de Pepe Luis. Desde primera hora me pongo el mundo por montera y me dispongo a brindar a un cielo bordado de terciopelos y sedas de colores, afrontando el peso de mis siglos con un volapié que ni el mismo Costillares... Juro que hoy he vuelto a sentirlo. ¡Que se levante el campamento de las emociones, que el Cristo que duerme va asurcar cada rincón de mi piel!. Un banderín para proclamar a los cielos realezas y realidades, emociones del que pacta con viejos diablos la eterna juventud del niño que siempre quiero ser y que hoy soy y que seguiré siendo. Niño de raya marcada y corte a navaja, con el agua de la colonia de los geranios de los viejos balcones de la calle ancha, con el cuello almidonado por las mujeres tras los pesados portones, con el recato de las niñas cogidas de la mano ante el sonido seco de tambores destemplados y con la insolencia de los no tan niños a los que hoy les plancharon camisas con el blanco de los mejores deseos. Juro que la infancia ha vuelto a mis entrañas y se ha esparcido por todos mis rincones, que no hay vía de tren ni puente que pueda con mis emociones, ni capa que puede envolver mi felicidad. La he sacado a la calle entre aromas de incienso, sudores de mediodía y humedades de rincones donde parece sestear el olvido. Y la felicidad se ha hecho botonadura de capa y farol de cruz de guía, y banderín con Santa Bárbara y con su torre, y remolino de cirios morados, y compostura de capa pluvial con bonete, y remolino de monaguillos, de acólitos y de soldaditos de pavía custodiando al viejo Dios dormido sobre canastilla barroca. Juro que cuando sonaron las corneta y los tambores me sentí liberado del peso de mi historia y me eché a la calle a cangrejear entre infancias presentes calzadas con zapatos estrenados el domingo y reinventados para el día de mi fiesta. Juro que allí me he sentido uno más. Adiós a la historia, a la tradición y a la regla, que no hay más rito que el que imponen el lento rachear del paso del tiempo sobre una canastilla dorada. He llevado mis sentimientos y mis dolores delante de ese Dios muerto y le he jurado volver a ser el que siempre fui y le he agradecido seguir siendo, seguir resistiendo y seguir viviendo. He escuchado a niños pedir cera y platos calientes, he sentido la mirada de infancias en blanco y negro subiendo al cielo entre caracoleos de guardabrisas, he notado las esperanzas de ojos cortos de vida entrelazadas con los lirios y los claveles de la maldita existencia cotidiana. He sentido. He vivido. He renacido. He subido por el puente neobarroco en un revuelo de capas, de inciensos y de ilusiones. He escoltado a toda un barrio que se ha hecho carne. Carne de mi carne. Infancia de mi infancia. A pesar del paso de los siglos. Que ya ha pasado tiempo desde que el viejo cardenal tuerto me hizo rejuvenecer. Tambores, cera y caramelos para volver a hacerme niño en tiempo de ilustraciones. Una cofradía de niños para hacerme un niño eterno. Subiendo el puente de mi existencia, de mis problemas y de mis nostalgias. Juro por el Dios que me da Salud que hoy encontré el Refugio de mi niñez. El niño que fui y que quiero seguir siendo cada Miércoles Santo. Juro que ni llamas, ni abandonos, ni olvidos ni especulaciones podrán conmigo, ni con el niño que llevo dentro. Como Bernardo que me llamo...

3.3.09

3 DE MARZO. ADIÓS.

No sabes su nombre, pero hay una señora a la que hoy no se le pegó la comida la mediodía porque oía unas historias en la radio. Tampoco el de un taxista que hoy no elevó el volumen de su radio para recordar una historieta de las que contaba su abuelo. Ni tan siquiera sabes dónde está la asociación que hoy no pulsó el botón para grabar en la vieja casette, ni el del antiguo alumno que esperaba que hoy empezaras a hablar de cofradías, ni el de la oyente que te llamaba guapo por teléfono cuando nunca te había visto la cara, ni la de aquellos que pararon una conversación; ni la de los que callaron, lloraron, rieron, recordaron o sintieron...
Quizás nunca sepas sus nombres, que ya te dijo un poeta que los nombres se olvidan. Ellos estaban al otro lado del micrófono y durante tres años y medio no dejaron que las palabras se las llevara el viento. Te arroparon con el más bello auditorio, aquel en el que no importan las apariencias sino la palabra, la historia y las historias... No digáis sus nombres, que los nombres se olvidan...
Hoy no has dado las buenas tardes, ni te has parado en tu cita de dos minutos con la historia. Los que entienden del vil metal han prescindido de tus servicios. Del tuyo y del de tantos buenos amigos. Tiempo de crisis que lo llaman. En la economía, pero también en las formas y en la elegancia: ya no existen. Quizás no sepan que tú has dicho adiós en silencio, y que tes reído de la crisis porque vuelves a tu casa cargado de riquezas. La que ha llenado los bolsillos de tu alma con magos de la radio y eternos amigos como Cristóbal Cervantes y Fernando García-Haldón, la que ha llenado el gran saco de tu memoria con técnicos como Ricard o César, la que ha hecho reventar la bolsa de lo vivido con Ali, o con Teresa, o con José Antonio; la que se ha llenado de la sabiduría de un escritor con mayúsculas como Andrés, de las emociones de un Bruno, de las bromas de un Rafael o de la cultura de una Marta... No digas más nombres, que los nombres se olvidan... Quizás cometas el error de olvidar desde el que te saludaba en la puerta al que te despedía a la salida. Has salido a la calle ligero de equipaje pero con el alma henchida por tanta radio vivida. En directo, en grabaciones, en Semana Santa, en Feria, en Navidad, en fiestas, en verano, en el curso; en susurros y en pregones, en narraciones de lo bueno y de lo malo. Allí estuviste lanzando palabras al viento. Quizás no tengas vida para dar tantas gracias en el momento de cerrar tu almanaque. Se cierra en las ondas pero, si te siguen soportando, seguirá en el mundo de internet. Sientes que ha llegado la hora del adiós. Algo se te ha muerto en el alma. Aunque sabes que almacenas almas para volver a trabajar con tanto mago de las ondas. Tus dos minutos se acaban. Deberías preguntar cuánto se debe aquí. No lo haces por dos motivos. El primero es que alguien te recuerde tu falta de originalidad. A estas alturas te importa bien poco... El segundo es definitivo: no sabes cuántas vidas tendrías que vivir para pagar tanto...

1.3.09

UN DÍA DE FEBRERO. EL ROBO



- Killo, ha ke no tienes uebos?
- Ha ke sí
?
Era la parte final de una profunda conversación mantenida en el messenger entre Kike y Yoni, el amigo 215 del amigo 52 del tuenti. Un tema importante: a la foto 415 de su perfil le faltaba algo. Mira que estaba bien preparada: mirada lateral ante el espejo, depilación de entrecejo, pectorales y dorsales; pirsin facial, maxilofacial, bucal, lobular, pectoral y craneal; incisión en paralelo en ceja izquierda; tatuaje de la Desi, del águila macarrónica, de la letrita china y del Cristo de la prohermandad del polígono quinto de la barriada del amigo 17 del tuenti; pantalón cagadete estudiadamente caído para que se percibiera el slip dolchegabana adquirido en elcharcolapava y el importantísimo collar de bolas que le tocó en la enésima tómbola de la feria anterior. Alguien le dijo que era un rosario. Y que le faltaba algo. Una cruz. Como la del Vekan. Y en el museo que visitaron con el sufrido profesor del ámbito de Ciencias Sociales del 4º de diversificación vieron algo que le venía que ni pintado...
Habían ido la semana pasada. Estaba junto a la plaza de las botellonas gótikas y cerca de la tienda de los juegos de rol. Había un nota mu grande en el centro de la plaza, vestido como en el libro de Sociales. El profe les contó que aquello había sido un convento mercenario, sabe Dios qué haría allí Rambo; que era muy importante y que las obras de arte del interior eran las más valiosas del país, después de nosequé prado. Un mojón pal profe. Ni detector de metales, ni cacheo de suporter, ni control en las salas. Todo muy fácil....
Por eso aquel día se atrevió. Recordaba muchos cuadros aburrido llenos de notas con cara de antiguos, santurrones y gente seria. También se pasaba por un sitio dedicado al gore, con la cabeza de un tío con barbas cortada en una bandeja, una especie de bodiguorls barroco. Había patios con azulejos de gente tuneada, mitad hombre y mitad arquitectura, incluso un había un nota con cara de flor. El profe les había hablado del Manierismo...
- Marikones, que los llamo yo...
No se entretuvo más. Sala X. Y eso que no había tías en pelotas como en el pornohube... En la segunda planta, entre canorros vestidos de blanco y con capucha, y con las cabezas afeitadas (estos sí que eran modernos) estaba su escultura. Un masoca que se daba golpes en el pecho y que tenía en sus manos una cruz. Ni cámaras, ni vigilantes, ni visitantes... Eresmicruz, pensó la criaturita. Y con total parsimonia vio, tocó, robó, salió y triunfó. Fue a las pocas horas. Pudo hacerse la fotito con la cruz al cuello para colgarla en el tuenti. Foto 987. Acceso a mis amigos y a los amigos de mis amigos. Con un comentario inicial:
- ¡Ké uebos tengo!