10.10.08

10 DE OCTUBRE. LA ÚLTIMA PIEDRA


Cuando llegó el momento, todo estaba preparado. Muchos años de espera llegaban a su fin. Unos locos se habían propuesto hacer la mayor catedral del mundo. Aquel 10 de octubre de 1506 la iban a terminar.
Eran las once de la mañana. La ceremonia iba a comenzar. En el crucero, en el centro justo de la catedral, se levantaba un enorme cimborrio, una torre repleta de esculturas y de azulejos verdes y blancos. Allí se colocaría la última piedra, después de cien años de trabajo. Por fin se iba a terminar la catedral de Sevilla.
En las alturas, sobre las bóvedas góticas, se reunió la alta sociedad sevillana. Allí estaba, revestido, el deán de la catedral, con una capa que desafiaba al sol de octubre. Junto a él don Juan de Guzmán, el duque de Medina Sidonia. También acudió al acto don Fadrique Enríquez de Ribera, el marqués de Tarifa, que marcaba las modas de la ciudad desde su palacio de la Casa de Pilatos. Pero quien más disfrutó del acto fue Alonso Rodríguez, el maestro mayor de obras. Estaba achacoso, enfermo. Unos meses antes incluso llegó a hacer testamento, pensando que no vería terminar su obra. Los canónigos llegaron a donarle una sepultura en el patio de los Naranjos para que descansara eternamente junto a la Catedral más grande del mundo conocido, la Magna Hispalensis. Pero Dios le concedió llegar a aquel día. Y el maestro pudo ver una ceremonia solemne, con cantos sobre las bóvedas de piedra, con majestuosidad sobre la montaña hueca. Desde las alturas se podía contemplar la obra. La Giralda, todavía musulmana, era el testigo más alto. Pináculos, arbotantes, bóvedas, marcas de cantero, vidrieras de colores... hasta las gárgolas monstruosas parecían contemplar la escena. Serían las doce de aquel día de octubre de 1506 cuando llegó el momento El deán impartió las últimas bendiciones y dos obreros portaron la piedra, la última piedra. Era el fin de las obras de la catedral. Y todas las esculturas del cimborrio, aquella enorme torre, parecieron felices aquel día de octubre de 1506.
Pero la historia de la catedral no terminó allí. La desgracia llegó cinco años más tarde. En diciembre de 1511, aquella enorme torre se hundió por completo. Se perdieron pináculos, azulejos y esculturas. Todo escombros. Sólo se salvo una imagen de Santiago el Menor que hizo Pedro Millán. Alguien la colocó en la capilla de San Hermenegildo. Desde allí ha visto ceremonias, más hundimientos y obras, muchas obras.
Quinientos años después sigue viviendo en su catedral. Dicen algunos que en días como hoy se le nota inquietud en la cara. Algunos lo ven sonreír cuando alguien comenta aquello de “anda hijo, que vas a durar más que las obras de la catedral...”.

9 comentarios:

Doria dijo...

Interesante efeméride.
Alonso Rodriguez y alguno de sus discipulos dejaron una valiosa huella también en numerosas Iglesias del Andevalo y la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche.
Y una muys singular; el puente sobre el Odiel en Sotiel Coronada.
Saludos
Doria

Ranzzionger dijo...

Podríamos hacer un símil entre esa inauguración y la, ¿la veremos?, de la línea 1 DEL METRO de Sevilla. ¿Se hundirá en esta ocasión el cimborrio? ¿Tendrá algún glosador tan atinado cinco siglos después? ¿Y cinco siglos después se habrán terminado las otras tres líneas?

Juanma dijo...

De entre todas las hojas de tu maravilloso almanaque, ésta es una de las que más me ha gustado.
Un abrazo.

el aguaó dijo...

Magnífica entrada que vaticinaba lo que ocurrió incluso hasta por tres veces... el cimborrio se ha caído en demasiadas ocasiones. La última incluso se documentó con fotos.

Aunque en realidad, la Catedral no se terminó de construir hasta el siglo XX.

Con tu permiso querido Rascaviejas. Amigo Ranzzionger... ojalá no ocurra en el metro lo que ocurrió con la inauguración que cuenta nuestro querido Profesor, y sobre todo, que el cimborrio no se hunda. Eso sí... dale gracias si la Línea 1 se inaugura. Las otras ya serán pa' cuando nuestros bisnietos la puedan disfrutar.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

La marcha de "Pobreza Cero", el viernes día 17 de Octubre, será a las
7:30 de la TARDE, ¿verdad?

Rascaviejas dijo...

Efectivamente, a las 19:30 para ser exactos.

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

Sabe vuesencia de los mensajes cifrados que dejaron los mormones en las piedras de nuestra magna hispalencis. Qué misterios no guardarán y cuantos guiños de satira a la Santa Madre Iglesia. Ay, profesor mi profesor.

Ranzzionger dijo...

Oiga "natural de Sevilla" eso de los mensajes cifrados mormones (sin premio), me deja en ascuas. ¿De qué se trata?

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

craso error -perdón me he equivocado- tiene vd. razón sr. Razzionger, me he querido referir a los MASONES. Pido mil, perdones.