3.9.07

4 DE SEPTIEMBRE. LA SICILIANA


Cosas de la vida. Aunque naciste en el siglo XII, no te trajeron a Sevilla hasta 1700. Son muchos años pero sigues conservándote joven...
Posiblemente esta tierra te recordó a la tuya, que son muchos los que dicen que Sevilla y Sicilia se parecen mucho. Por eso no te sentiste extraña. Por eso y porque fuiste bien acogida desde un principio. Primero pasaste unos días en Santa Marina y luego te asentaste definitivamente en San Lorenzo. Cuando te trajo el cardenal Palafox hubo que explicar tu historia a tus vecinos. Fue entonces cuando empezaste a ser una vecina más. Les contaron que eras una niña de apenas 14 años cuando se te apareció la Virgen y te recomendó que huyeras de este mundo. Alguien me llegó a comentar que eras tan bella que tu atractivo ponía en peligro la belleza de tu alma. Eran otros tiempos. Hoy rápidamente habrías sido portada de Interviú...
Pero en tu época no era así. Unos ángeles te llevaron a la cueva del Monte Coscina y cuando tus padres se enteraron, te trasladaron al monte Pellegrino. La verdad es que sería un disgusto para ellos, un padre tan importante, descendiente de Carlomagno y su hija hecha una anacoreta, vamos una hippie de su época...
Supongo que cuando llegaste a Sevilla en el siglo XVIII notarías un clima como el de tu tierra. Por eso te adaptaste pronto. Y es que en tu convento de monjas capuchinas no se vive nada mal: en pleno centro, con muchos metros cuadrados y sin pagar hipoteca... Y encima rodeada de silencios y de belleza...Porque desde tu nueva cueva has visto casi de todo. Fue el cardenal Salcedo el que acabó la primera iglesia. Años más tarde, allá por 1761 lo pasaste muy mal: un incendio destruyó tu casa, la casa de las monjas. Pero otro príncipe de la iglesia, el cardenal Solís, la reconstruyó con todo lujo. ¡Lujos a ti, que te había ido a vivir a una cueva...! Retablos barrocos, imágenes pinturas, dorados...una especie de cueva siciliana de maderas y oros. Todavía recuerdas al cardenal, era tuerto, e incluso el día en que trajeron su corazón para que descansara en su convento... Y es que tu nueva cueva es un privilegio. Cada año ves desde ella una Virgen dormida que parece ir al cielo... Aunque lo que de verdad te conmueve es ver al Señor de Sevilla de regreso. Desde la altura. Cuando lo ven aparecer en la mañana del Viernes Santo algunos creen que se caerá en medio de la calle. No saben que aguanta gracias al aroma de tus rosas y al ejemplo de tu penitencia...
Hoy, 4 de septiembre, celebramos tu día, el de de una santa llamada Rosalía. Dicen que eres abogada contra las epidemias. Te rezaré para que nos libres de las peores epidemias de nuestros días. Se llaman incultura y egoísmo. Haz algo Rosalía, que ya hay demasiados contagiados...

5 comentarios:

el aguaó dijo...

Una vez más, querido amigo, felicidades y gracias, por una nueva historia y por enseñarnos aquellos detalles que otros desconocemos.
Precioso texto por cierto.

Un fuerte abrazo.

P.D. Me uno a tus plegarias...

Enrique Henares dijo...

Cada día me gusta más su forma de escribir, qué hermosas las líneas sobre el paso del Señor ante Santa Rosalía...

azul_y_plata_puro dijo...

Esa hornacina con la Santa y el paso del Cristo de la Vera-Cruz atravesando la puerta de la iglesia son de los primeros recuerdos semanasanteros que mantengo inalterables en mi cabeza. Antes ya habíamos visto el Beso de Judas por el Salvador y la salida de Santa Marta. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Un convento que preside una de las calles mas hermosas de Sevilla, donde poetas como Laffón y escritores como Romero Murube vivieron.

Enhorabuena por el texto, y por la serie de Sevilla siglo XX, que tiene una pinta muy pero que muy buena.

Saludos

Raúl Ramírez dijo...

Me ha encatado esa forma tuya de hacernos cercana a Rosalía, una santa para mí muy habitual. En el aljarafe sevillano, en Gines cuenta con su devoción y con ermita desde 1723.