25.1.08

22 ENERO. ORDENANZAS

























La tarde de enero era fría y lluviosa. Quizás nadie leería aquellos papeles hasta el día siguiente. Pero el alguacil cumplió con su rito siguiendo las reglas de su trabajo. Sacó una a una las cuartillas y las fue clavando sobre el viejo portón de madera. Eran las nuevas ordenanzas del cabildo sevillano en el año del Señor de 1783. Como un crucificado antiguo, cada papel recibió cuatro clavos y el frío de la tarde. Al día siguiente, los sevillanos pudieron leer las nuevas normas del Ayuntamiento:
“Que ningún vecino sea osado blasfemar, jurar echar votos de por vida y maldiciones, ni pronunciar palabras faltas del debido respeto y veneración a Dios Nuestro Señor…
Que ninguno viva amancebado, ni tenga comunicación con mujeres perdidas o escandalosas, ni menos sea alcahuete hechicero, embustero ni usurero…
Que no se cante en las calles, paseos, puestos públicos o privados coplas deshonestas y malsonantes, ni ofensivas a alguna comunidad o particular…
Que se guarden con exactitud los domingos y demás días festivos en que no se permite trabajar…
Que ningún vecino de esta ciudad pueda tener en sus tejados, azoteas, pretiles, mesa de balcones, tablas o barandillas, macetas y tiestos de flores y yerbas que con los vientos u otro accidental motivo puedan caer a la calle…
Que ninguna persona arroje a las calles y plazas aguas inmundas…
Se prohibe que anden por las calle toda clase de perros dañinos y feroces que puedan causar perjuicio al público…
Que ninguna persona de cualquier estado, calidad o condición que sea tenga en sus casa propias o alquiladas de esta ciudad o en sus barrio juegos de naipes, dados, cartera, morra, vivis ni otros juegos prohibidos…
Que no se junten en cuadrilla de día ni de noche para causar alboroto ni otras inquietudes que ofendan al sosiego público y de ningún modo después del toque de queda…
Que nadie sea osado a traer espada, ni desnuda ni de vaina abierta, ni estoque de cuatro esquinas…
Que nadie use armas cortas de fuego, ni de acero, ni dagas, ni cuchillos flamencos ni otro instrumento punzante…
Que ninguna persona ponga ni haga poner en las calles piedras, maderas obraje ni otros materiales que impidan el tráfico y el fácil tránsito…
Firma esta ordenanzas, a fin de que tengan la debida observancia, don Pedro López de Lorena”

Comentario: Aquel día de 1783 se prohibían los navajeros, los botelloneros que ensuciaban calles, los que no dejaban andar por la calle, los escandalosos, los blasfemos, los que insultaban las creencias de los demás, los matones, los puteros, los estafadores que echaban cartas, los que no cuidaban su casa ni cuidaban su ciudad…
Tres siglos más tarde seguimos liados con nuevas ordenanzas. Qué bueno sería que esta ciudad supiera algo de historia…

9 comentarios:

Rascaviejas dijo...

Seguimos sin ordenador y con problemas informáticos. Aún así, hemos podido colgar este texto. Espero que para la semana que viene esté todo solucionado.
Ya puestos. En el siglo XVIII se prohibían muchas cosas. Lo cual quiere decir que no se cumplían. Imagínense que tienen que hacer unas ordenanzas y que pueden prohibir lo que no les gusta. Ya saben, aquí tienen el lugar para expresarse. Prohiban, que es gratis y, además, aquí no censuramos a nadie...
Espero volver pronto con normalidad...

orfila dijo...

Excelente. El mundo cambia demasiado en algunas cosas y muy poco o casi nada en otras. En el comienzo de su texto, me ha venido a la mente una idea que algunas veces me visita. Y es cerrar los ojos y abrirlos hace 2 ó 3 siglos, un día cualquiera en Sevilla. ¿Cómo era la vida? ¿mejor? ¿peor?, o ninguna de las anteriores es correcta...

orfila dijo...

Vaya, hemos escrito casi al mismo tiempo los comentarios.

En respuesta a su petición: prohibiría la lluvia en Semana Santa, ya que hay tantos adelantos...

el aguaó dijo...

Pues no se porqué, pero me recuerda mucho a la Ley de Ordenanza Cívica que nuestro querido Ayuntamiento quiere imponer en esta nuestra ciudad, ajada antaño, como se puede comprobar gracias a la sabiduría y el buen hacer de nuestro anfitrión.

Me alegro de tu semi-vuelta amigo Rascaviejas... ¿has probado con unos 'golpecitos' o una 'patá'? Así he arreglado yo muchas cosas...

Un fuerte abrazo.

Diego Romero dijo...

¿En qué partido político se presenta el tal D. Pedro López este, oiga?

Celebro su vuelta, amigo. Y puestos a prohibir, prohibamos los virus informátios, que ya se le echaba de menos.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Como siempre, un gran texto. Esperamos que vuelva pronto de forma regular.

soydesevilla dijo...

Le agradezco enormemente su texto sobre la Hiniesta. Me ha emocionado. Espero que vuelva de forma regular, querido profesor. Un abrazo.

bogar dijo...

Pues prohibiria a los politicos que se creen que van de modernos y se estan cargando la ciudad y alos periodistas pesebristas que le siguen el juego y como dice lacava los virus para que te somes mas seguido.Saludos

Anónimo dijo...

El firmante del decreto es Don Pedro López de Lerena Cuenca, Intendente del ejército en Andalucía y Asistente en Sevilla. Posteriormente fue Ministro de Guerra, Ministro de Hacienda y Secretario de Estado durante el reinado de Carlos III, etc...