Estudiando Historia del Arte en la vieja Fábrica de Tabacos asimilaste tres ideas. Aprendizaje significativo dirían hoy los cursis. Tres ideas para la ciudad de los lemas. Una: “todo está por hacer”. Dos: “todo se parece a todo”. Tres: según Hegel “el arte ha muerto”. Metáforas de una ciudad y de su Semana Santa. Profecías ayer, realidades hoy…
Lo que queda por hacer es tu realidad cotidiana: proyectos eternos, obras inacabables, promesas incumplidas. El parecido de todo con todo te hace comprender la eterna ceremonia de la confusión: en tu ciudad confunden un metro con un tranvía y una bici con el progreso. Y, será la ciudad del arte, pero está en los rincones del olvido: conventos ruinosos, iglesias cerradas y museos desconocidos. Sólo sobreviven los de la subvención…
Menos mal que te quedaba el refugio de la Semana Santa ante la vulgaridad de la ciudad. Pero sus vidas son paralelas, también tiene sus proyectos eternos y sus confusiones de modelos: las nuevas se parecen a la Macarena, los nuevos al Señor y todos se parecen a los de siempre. Que creen otros... Que en nuestro ombligo está todo inventado. Y en el arte más. Si lo sublime ya tuvo vida, hace tiempo que le llegó la muerte. El arte como creación ya murió en la Semana Santa: todo es neo, aunque el neobarroco es ya más antiguo que el tiempo. Nadie cree en la creación. Por eso se encarga un cartel y se piensa que no hay que pagarlo, se diseña sin conocer a los precursores, se talla sin haber modelado el barro. Arte muerto, muerte del arte. Un nuevo lema para la cartela de una cruz desnuda. Le sigue un largo tramo de imágenes: vírgenes artrósicas expuestas junto a batitas fresquitas, supuestos cristos entre libros repetidísimos, coleccionables de la monotonía, pregonzuelos y pestiñazos de la mediocridad, pasitos desmontables con cuponcitos, sillitas de cazadores en lugar de reclinatorios, confusión entre retransmisión y homilía, pollos encima de sagradas canastillas, gritos y olés para ensuciar la esperanza en un mundo más bello, colores imposible en las lentillas de algunas imágenes, cornetas que invitan a invadir Polonia y parte de Estonia, marchas que anticipan el atasco en la salida hacia el Aljarafe, flores de multiprecios de barrio, sucia mescolanza entre política, devoción y sentimiento; muñecos con la categoría de imágenes, entradas convertidas en operación triunfo de costaleros y saeteros, misterios que son casos misteriosos, público que sólo sabe esperar, tallas atléticas venidas del circo del Sol, basureros en los suelos que pisó la divinidad y en los palcos de la vanidad, soledades para bellezas olvidadas y masas para acompañar a la vulgaridad...
Has recordado tus años de estudios. Te enseñaron que "no existe el Arte, existen los artistas". Lo peor no es serlo ni parecerlo, sino creérselo. A tu Semana Santa le ha llegado la LOGSE: la están igualando en la mediocridad… Ha venido a tu mente Núñez de Herrera, el citado menos leído. Toda una reflexión sobre los arenales del Silencio. “Compadre, vámonos de aquí: va a ser verdad que el Arte ha muerto”.
Lo que queda por hacer es tu realidad cotidiana: proyectos eternos, obras inacabables, promesas incumplidas. El parecido de todo con todo te hace comprender la eterna ceremonia de la confusión: en tu ciudad confunden un metro con un tranvía y una bici con el progreso. Y, será la ciudad del arte, pero está en los rincones del olvido: conventos ruinosos, iglesias cerradas y museos desconocidos. Sólo sobreviven los de la subvención…
Menos mal que te quedaba el refugio de la Semana Santa ante la vulgaridad de la ciudad. Pero sus vidas son paralelas, también tiene sus proyectos eternos y sus confusiones de modelos: las nuevas se parecen a la Macarena, los nuevos al Señor y todos se parecen a los de siempre. Que creen otros... Que en nuestro ombligo está todo inventado. Y en el arte más. Si lo sublime ya tuvo vida, hace tiempo que le llegó la muerte. El arte como creación ya murió en la Semana Santa: todo es neo, aunque el neobarroco es ya más antiguo que el tiempo. Nadie cree en la creación. Por eso se encarga un cartel y se piensa que no hay que pagarlo, se diseña sin conocer a los precursores, se talla sin haber modelado el barro. Arte muerto, muerte del arte. Un nuevo lema para la cartela de una cruz desnuda. Le sigue un largo tramo de imágenes: vírgenes artrósicas expuestas junto a batitas fresquitas, supuestos cristos entre libros repetidísimos, coleccionables de la monotonía, pregonzuelos y pestiñazos de la mediocridad, pasitos desmontables con cuponcitos, sillitas de cazadores en lugar de reclinatorios, confusión entre retransmisión y homilía, pollos encima de sagradas canastillas, gritos y olés para ensuciar la esperanza en un mundo más bello, colores imposible en las lentillas de algunas imágenes, cornetas que invitan a invadir Polonia y parte de Estonia, marchas que anticipan el atasco en la salida hacia el Aljarafe, flores de multiprecios de barrio, sucia mescolanza entre política, devoción y sentimiento; muñecos con la categoría de imágenes, entradas convertidas en operación triunfo de costaleros y saeteros, misterios que son casos misteriosos, público que sólo sabe esperar, tallas atléticas venidas del circo del Sol, basureros en los suelos que pisó la divinidad y en los palcos de la vanidad, soledades para bellezas olvidadas y masas para acompañar a la vulgaridad...
Has recordado tus años de estudios. Te enseñaron que "no existe el Arte, existen los artistas". Lo peor no es serlo ni parecerlo, sino creérselo. A tu Semana Santa le ha llegado la LOGSE: la están igualando en la mediocridad… Ha venido a tu mente Núñez de Herrera, el citado menos leído. Toda una reflexión sobre los arenales del Silencio. “Compadre, vámonos de aquí: va a ser verdad que el Arte ha muerto”.
(Revista "Pasión en Sevilla", Diciembre 2009)
8 comentarios:
El cartel es el de la Semana Santa de Jerez de 2009, pero viendo el de fiestas primaverales y anticipando el lolailo...todo se parece a todo.
Al final es una consecuencia todo.
A mentes iguales, ideas iguales, preparación igual, oficio igual.
El arte es algo más que todo esto.
Es lo que nos queda, hasta que salgamos del papanatismo que lo está invadiendo todo.
Saludos
Dios le oiga, maestro, para que nada se le parezca al Jueves Santo.
¿Por qué se cree si no que yo entro en una burbuja cuando la primavera estalla? Para vivir a mi aire, que al aire de los demás está ya todo muy visto y manido.
Saludos.
Pues si, Maese Rascaviejas, tiene usted mas razón que un santo.
También es cierto que cuando alguien se sale de "los cánones", lo crucifican. Ejemplos: el palio de los Negritos, el paso del Calvario o la imaginería de Ortega Bru.En su momento, duramente criticados, hoy admirados por su originalidad.
Que lástima que casi todo se parezca a la Macarena, a los Cristos de Juan de Mesa o al "barco del Herodes".
Al final, la Semana Santa se resume en un puñado de originalidades y bastantes copias. Algunas de mal gusto.
Saludos
ayer esperaba el programa de Paco Robles...
en su lugar, supongo que por la Purísima...
pusieron una eterna y aburridísima sucesión de vídeos de vírgenes con marchas de fondo...
me pregunto si alguien la habrá grabado en VHS...
tiene usted más razón que un santo...
Muy interesante
En realidad deben ser dos carteles distintos para semana santa y feria. El de ahora podría ser de feria y el de semana santa podría ser la duquesa de alba con un hijo suyo vestido de flamenco y Juanita Reina con una prima suya vestida de nazareno.
ya en plan creativo hacer un cartel del 28 de diciembre: Monteseirin con su madre
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