8.3.14

DIVINIDAD

(Foto: José Antonio Zamora)

Núñez de Herrera le había hablado de la simpatía y terapéutica de la Divinidad. Dios era en Sevilla la suprema simpatía. Siempre comulgó con aquellas revolucionarias palabras propias de un republicano libre de antagonismos hispánicos. Por eso, creyó que creía, buscaba la trascendencia divina en cualquier canal, se pulsaba el botón y Dios aparecía en las frecuencias más inverosímiles: un detalle de Zamora o de Burgos, un contraluz de Sánchez Carrasco, una letra de Robles, un azul de Barrera, un trazo de Suárez, una sombra de Comas, un tambor Pelao, un Caro verso, una imagen de la tele con el nombre de la ciudad o mil y una miradas tan anónimas como las anteriores. No importaba el canal. O sí. Tocó el mando y se sorprendió al descubrir a dos hermanos tirándose de los pelos por conseguir La casa hermandad de sus sueños. No dio crédito a sus ojos cuando en Callejeros contempló rodeos de cortejos y caprichosos itinerarios. Por aquí paso yo. Paseos interminables a pie de calle de amanerados hermanos que formaban parte de Tu estilo a juicio y que, delante de imágenes vestidas para la mejor ocasión, se convertían en cruel jurado de compañía de El vestido de tu boda: le sobra aquí, la tela la hace gorda, no le sienta bien, se ve que es de familia pobre, no han invertido en velas y flores de una supertarta de boda. Todavía se topó a un pregonerito infantil intentando ganar cupcake maniacs con versos almibarados, a dos supuestos delegados reformacasas que sólo veían los fallos en las casas de los demás y hasta algún telepredicador nocturno. Definitivamente, la fe en evolución de Chaves Nogales ahora cambiaba de canal. La Semana Santa se había instalado en el Canal Divinity.

ABC Sevilla, 6 marzo 2014

No hay comentarios: