Foto: Fran Silva
- ¿Y usted cree en Dios?
- En algunos momentos del día…
Recordó
la conversación en la intimidad de la recargada capilla de plata vieja y
reliquias de otro tiempo. Algún momento. Le habían dicho que la vida era una
semana y estaba dispuesto a vivirla, aunque se condensara en un día, una hora, unos
minutos, un segundo, un instante. Entre los restos; polvo, ceniza, corrupción,
gusanos; de hombres de otro tiempo, no digáis los nombres que los nombres se
olvidan, creyó escuchar las palabras del jesuita que escoltaba al mismo Dios: ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si
pierde su alma? E imaginó la incomprensible eternidad que le explicaban los
teólogos para explicar la gloria. Craso error que enmendó un instante. Dios no
podía ser lo inabarcable sino lo cercano. La Belleza como medio, pero también
como fin. La respiración contenida pero no la asfixia. La mansedumbre pero no la entrega. El abrazo a la madera de sus
males y de los de toda una humanidad,
pero no la carga pesada. La emoción profunda que obliga a bajar la mirada, a
contener la respiración, a clamar por el amor. A sus pies comprendió al que
todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Al que no pasa
jamás, pero pasa en un instante. Al que sobrevivirá a la plata cansada por el
tiempo, a las glorias terrenas y a las vanidades vestidas de terciopelo y oro.
A sus pies, instante eterno de la levedad de una pisada y una mirada, entendió
las palabras del Evangelio: Cuando llegue
lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Al infierno con los
teólogos. Dante tenía razón: No puede
comprender la pasión quien no la experimenta.
Le
había bastado un instante: la Semana Santa, la vida, la existencia… o es
Pasión, o no es nada.
ABC de Sevilla, 27 marzo 2014
ABC de Sevilla, 27 marzo 2014
1 comentario:
Dicho así, es precioso. ¡Qué maravilla de lectura!
Felicidades.
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