Del salón en el ángulo oscuro
De su dueña tal vez olvidada
Silenciosa y cubierta de polvo…
(Bécquer)
Del Mudéjar al Renacimiento. Un
patio y una fuente. Dos miradas diferentes para una diosa verdadera. Cada una en
un ángulo. Viendo la vida pasar desde dos perspectivas diferentes. Una porta
todos sus atributos, escudo, casco y lanza, y otra está despojada de lo que fue
postizo, quizás hasta sus propios brazos. Posiblemente un símbolo del tópico de
la dualidad en la ciudad de las mil caras. Pala Atenea en dos ángulos de la
Casa de Pilatos. Dicen que una puede ser del gran Fidias y que la otra es copia
de taller, curiosa catalogación en una urbe en la que los alumnos suelen
superar a sus maestros. Diosa de la guerra, de la civilización, de las artes,
de la sabiduría, de la estrategia… Diosa de la habilidad, algo muy sevillano:
estar en dos lugares diferentes pero en el mismo sitio al fin y al cabo. Como
la mayoría de las pocas cosas que en el mundo importan, sus orígenes fueron
difíciles: una hija partenogenética de Zeus, Dios de dioses, un nacimiento en
el que Atenea nació completamente armada de la frente de su padre, después de
haberse tragado a su madre. Un trauma. Como el de la ciudad de los traumas. Una
diosa que jamás se casó ni tuvo amantes, una virginidad perpetua en la ciudad
de las vírgenes. Incansable luchadora, ni el mismísimo Marte fue capaz de
vencerla. Atenea la pensativa, la de los dos ángulos, está resguardada por
miles de miradas. Hasta cuarenta y ocho ojos hay a sus espaldas, galería sin
fin, los de bustos romanos y españoles, los ojos de Trajano y los de Tiberio,
los de Cicerón y los de Carlos V, los de Vespasiano y los de Calígula, los de
Aníbal o los de Escipión el Africano.
Ojos para el patio de un Pilatos que nunca estuvo en Sevilla, aunque
tuvo quien le rindiera culto como creador de la Semana Santa… Ojos de Pala
Atenea que miran al Dios Jano de la fuente central, el de las dos caras, paz y
guerra, pasado y futuro. Es difícil encontrar un lugar donde se concentren más
metáforas de la ciudad, más metáforas de la vida. Ojos para un patio que vieron
el rodaje de Lawrence de Arabia, de La conquista del paraíso o de El Reino de los cielos. También de Knight and Day. Ya pasó el tiempo de los
caballeros. En un paraíso de arte y de historia,
de azulejos y de mármoles, la Diosa de la inteligencia se permite el placer de
mirar a la vida desde dos ángulos, principio y final, frontal y trasero, lado
bueno y lado oscuro, permitido y prohibido. Cernudiana existencia: ya dijo el
poeta que los placeres prohibidos son los mejores…
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