14.10.06

15 DE SEPTIEMBRE. TERESA DE JESÚS


Aparece en nuestro calendario la figura de Santa Teresa de Jesús. Buen día para recordar su estancia en Sevilla llena de dificultades, de persecuciones, de incomprensiones, todo en un clima que una castellana no soportaba. Buen día para recordar su llegada a nuestra ciudad en mayo de 1575, acompañada de pocas monjas, muchos recelos y muy poco dinero. Su primera casa se situó en la calle Armas, actual de Alfonso XII, donde se acomodaron en unas estancias que les parecieron la casa lóbrega y oscura del hidalgo del Lazarillo. Allí convivieron con un ajuar escaso, sobre unos colchoncillos que según las monjas “estaban acompañados de mucha gente como piojos, chinches y otras molestas visitas”. No fue éste el peor trago para la Santa de Ávila ya que tuvo que defenderse de un proceso de la Inquisición firmado en el Castillo de San Jorge de Triana a comienzos de 1576.
Supo salir airosa Teresa y con apoyos como el de Lorenzo Cepeda pudo trasladarse en ese año a una nueva casa en la calle Pajería, la actual Zaragoza según nos recuerda un azulejo en el cruce con Doña Guiomar. No siendo muy conocido, sigue conservándose ese lugar en las cercanías a la Plaza Nueva, un rincón que parece llevarnos a la Sevilla del siglo XVI. No permaneció mucho más tiempo la Santa en Sevilla pero sí su fundación. En 1586, con la autorización de San Juan de la Cruz, se trasladan las carmelitas descalzas a unas casas del barrio de Santa Cruz. Allí siguen orando y trabajando desde hace más de tres siglos en el convento de San José, conocido como Las Teresas en recuerdo a su fundadora.
Es buen día para su visita: el atrio silencioso, los recuerdos de San Juan de la Cruz, la iglesia de Vermondo Resta, los retablos con imágenes carmelitas, la Inmaculada de Juan de Mesa, el Niño Jesús Quitito, las obras de la Roldana...es buen día para contemplar el retrato que le hizo un fraile, obra que no gustó a la santa que exclamó ante el autor: “Dios te perdone Fray Juan, que ya me pintaste fea y legañosa...” En la sacristía, en el silencio de las carmelitas descalzas del barrio de Santa Cruz la letra de Teresa se nos muestra en el original de las Moradas. Es buen día para recordar la letra de la carta final que dejó Teresa en 1576 hablando de la ciudad: “Las injusticias que se guardan en esta ciudad, la poca verdad, las dobleces...Yo le digo que con razón (Sevilla) tiene la fama que tiene. Yo confieso que la gente de esta tierra no es para mí y me deseo ver ya en la tierra de promisión. La abominación de pecados que hay por aquí son para afligir harto. El Señor lo remedie...”
Y es que, como señaló el profesor Piñero, Sevilla fue para Santa Teresa una ciudad imposible.

2 comentarios:

Enrique Henares dijo...

Teresa de Jesús fue un personaje que siempre me llamó la atención, ahora, esa guasa de no gustarle Sevilla...
Magnífico el libro del profesor Piñero que citas.

del porvenir dijo...

Menos mal que nací un 15 de octubre, si llego a nacer un día antes tendría que padecer la ignominia de compartir fecha con el otro equipo de la ciudad. A ver si lo de Santa Teresa con Sevilla no era algo premonitorio pensando que le podía caer encima la fechita del Arrebato je, je