5.12.07

6 DE DICIEMBRE. LA PAJARITA


Nadie llamaba por su nombre a aquellas mujeres. Eran conocidas por su apodo, o por su estirpe, o por sus padres. La Morena, la Pajarita, la Coral, la del Vargas, la del Carmona... Hoy las llamarían gitanas. En el siglo XVIII se decía que eran castellanas nuevas, morenas o de religión egipcia.
Aquel 6 de diciembre de 1749 fueron las mujeres más felices del mundo. Por fin podían volver a sus casas después de haber sido desterradas de Sevilla. Todavía recordaban con miedo lo que ocurrió en julio de aquel año. Una orden del rey Fernando VI expulsó a los gitanos de Sevilla. Los soldados tomaron las puertas de la ciudad. Sólo la puerta del Arenal y la de la Carne quedaron abiertas, pero con doble guardia. Y los gitanos no pudieron resistirse. Tres viejos conocidos, el Ciempiés, el Moreno y el Camaronero murieron cuando trataban de huir. Y la vieja raza calé fue expulsada de Sevilla.
Meses después, la tarde de aquel 6 de diciembre, muchas pudieron volver a su casa por buena conducta. Cuando María la Pajarita llegaba a su ciudad miró al Cielo e hizo una promesa solemne, de esas que sólo entienden los de la raza morena. Primero lo habló con su marido, un viejo cocinero que había hecho fortuna en las Américas. Luego lo comentaron con otros devotos de su raza. Y dieron forma a su idea cuando hablaron con Sebastián Miguel de Varas: fundarían una hermandad propia. La de los castellanos nuevos. La de los Gitanos de Sevilla.
No fue fácil. Muchos días para convencer a los frailes del convento del Espíritu Santo, en Triana. También hablaron con la autoridad eclesiástica. Hubo pegas y recelos. Pero finalmente los gitanos pudieron fundar su hermandad. Un día 7 de diciembre de 1753 se aprobaban las reglas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud y de María Santísima de las Angustias. María la Pajarita nunca quiso que se supiera, pero aquella hermosa imagen de Jesús Nazareno la había donado ella. Algunos dicen que se gastó parte de su fortuna en encargarla. Dicen que con el resto de su dinero encargó la mejor de las túnicas posible, con oros y terciopelos como nunca se habían visto en la ciudad. Había nacido el Cristo de la Salud, el Manué, el Dios de aquellos gitanos que un día fueron expulsados de su casa.
La hermandad conoció cambios de casa, como el destierro pasado de sus fundadores. De Triana pasaron al convento del Pópulo, de allí a San Esteban, a San Nicolás, a San Román, al Valle.... Vivió años de riqueza y años de pobreza. Un día de julio de 1936 las llamas acabaron con la imagen del Cristo de la Salud. Pero los Gitanos hicieron otra. La hermandad resurgió una vez más. Y cuando en la mañana de un Viernes Santo alguien llama Manué a su Cristo, todavía hay quien se acuerda de un 6 de diciembre en el que María la Pajarita fue una mujer feliz.

7 comentarios:

el aguaó dijo...

Genial amigo Rascaviejas. Me encanta lo que escribes, es magnífico, pero me gusta aún más como lo escribes: espectacular. Consigues transportarme al momento y lugar de lo ocurrido.

Como en más de una ocasión te han dicho: qué fácil es aprender contigo.

Gracias una vez más.

Un fuerte abrazo.

bogar dijo...

Gracias.

J. Iván Martín dijo...

Me ha encantado señor rascaviejas. Gracias a usted he aprendido algo mas de la hitoria de esta cofradia sevillana.

Muchas gracias por las lecciones de historia que nos das...

Saludos.

J. Iván Martín dijo...

Señor bogar, ya se quien es usted... nos hemos visto hoy en Santa Genoveva...

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Aquí Canal Rancio, 24 horas a su servicio:
¿Han comprobado vuesas rancias mercedes que se puede escribir sobre Semana Santa con rigor histórico, con conocimiento de causa, con altura literaria y con ese pellizco que en Sevilla se conoce con el nombre de repeluco? Mientras, el submundo de las cofradías se llena de frikis que sólo buscan redobles y alfileres.
Siga así, MJ, que se convertirá dentro de unos años en uno de esos grandes olvidados de la ciudad: no hay gloria más pura... ni más eterna.
Enhorabuena.

Raúl Ramírez dijo...

Gran historia... tanto la de las mujeres de religión egipcia: nuevas castellanas, y el origen dle Manué...

Gracias.


Un saludo.

Enrique Henares dijo...

Benditos aquellos que fundaron la cofradía de bronce de nuestra Sevilla.