11.7.09

12 DE JULIO. DESILUSIÓN


Tiempos... No tendrías once años pero los hermanos menores siempre han aprendido mucho antes, o por lo menos ha ido a remolque. Por entonces cada disco era una pieza de colección que cuidabas, limpiabas, analizabas y mimabas en cada audición porque ¡ay! se podía arañar o ensuciar. Funcionaba algo tan prehistórico como la cinta de cassete, que gastaba mucha energía y que podía adelantarse de forma manual con un boli BIC. Con el tiempo te enteraste que aquella era la época que llamaban movida pero tú realmente no eras consciente de aquello. Fue por entonces cuando empezaron a sonarte esos discos de mayores que con el tiempo te hicieron crecer, esas raras ediciones de unos tíos muy raros llamados Kraftwerk o esos discos tan limpios de una tal Bauhauss, o ese flequillo imposible de los Yazoo o de los Duran Duran. Pero no había otros como ellos, los Depeche Mode, el grupo que creció contigo. Recuerdas esas portadas misteriosas del Speak & Spell y del A Broken Frame y esas fotos de las portadas de Construction time Again o del Black Celebration. Los nombres eran lo de menos porque nunca supiste inglés, porque no entendías bien lo que decían sus canciones (y eso que tu hermano te las explicaba) pero aquellos teclados y aquellos himnos del techno pop crecieron contigo. Acompañaron tu juventud, cuando el negro se hizo tu color, el corte de pelo una seña de identidad y los largos flequillos una especie de distinción frente a la monotonía de poperos sin importancia, de Hombres G, de heavies que no entendías o de las simplezas varias que te rodeaban. El tiempo, el tiempo... El que pasó mientras te acompañaban esos músicos británicos que supieron adaptarse a épocas y melodías y con los que creciste, perdiste el pelo, suavizaste tu indumentaria y ampliaste tus gustos musicales... Con el tiempo, sólo con el tiempo, soñaste con verlos en concierto: un maldito sorteo te impidió verlos en Madrid y unas malditas oposiciones te impidieron verlos en Granada. Cuando te anunciaron que venían a Sevilla recordaste el flequillo de tu juventud y el negro de tus uniformes. Seis meses estuvo la entrada del concierto en un cajón, esperando a ser usada en el estadio Olímpico. Tiempo de esperar que se convirtió en desesperar: una maldita lesión impedía el concierto que te devolvería a tu juventud, a tus himnos soñados, a los teclados y las guitarras de u infancia musical. Sueños de adolescencia truncados en la época del MP·3. Tú que naciste en el vinilo... La desilusión una vez más. No te cabe duda de que escribir puede ser, en muchas ocasiones, un canto contra el maldito tiempo que todo lo alcanza.

4 comentarios:

eres_mi_cruz dijo...

sobre este oráculo sagrado de sevillanismo...

juro por la gloria del bar de La Esmeralda...
que habré de ver a Depeche Mode tocando en la ciudad de la Gracia de María Santísima aunque sea lo último que haga...
y que nunca volveré a pasar hambre...

aunque tenga que teñirme el braguero de negro...
aunque ya tenga el flequillo canoso...
si el arto de los pechosvoy pudo, yo podré...
aunque DM sean ya tres loros blanquecinos...
aunque toquen en la sala Califas...
¡¡¡YO, VOYaaaAAA-AAAH-AAAyyyYYYyyychch!!!...

empiezo a pensar que está usted disfrutando...

Ranzzionger dijo...

Al menos el David lo podría intentar.
http://www.youtube.com/watch?v=yEVKfpMGwhA&hl=es

eres_mi_cruz dijo...

qué fuerte...
acabo de enterarme que no era broma...
pues sí que le entiendo...

Reyes dijo...

Llegué a pensar que me gastaban una broma los del telediario...
¡que desilusión!