14.11.06

15 DE NOVIEMBRE. LA OCTAVA MARAVILLA


¿Cuáles fueron las siete maravillas del mundo?
Era la pregunta que me hacía hace unos días un alumno, cuestión a la que pude responder no sin cierta dificultad. Recordé las pirámides de Egipto, el coloso de Rodas, el faro de Alejandría... así hasta completar el número mágico. Pero a mi mente vino una fecha y un comentario. Ocurría en Sevilla un día de noviembre como hoy, allá por 1731. Los sevillanos, después de tres días de largo triduo, conocían la nueva iglesia del noviciado de San Luis. Plena época del triunfo del barroco en la ciudad. Y alguien hizo la comparación: aquella era “del orbe la octava maravilla conocida...”. La exageración siempre fue una virtud de esta ciudad. Pero en muchos casos, tras la hipérbole se encuentra una gran verdad. Y la iglesia de San Luis es un ejemplo. Su construcción se comenzó en 1699, en unos terrenos cedidos por Lucía de Medina y destinados a ser el noviciado de los jesuitas en Sevilla. Ya tenía la Compañía de Jesús otros edificios: la casa Profesa, el colegio de las Becas, el colegio de los Ingleses, el colegio de los Irlandeses... Pero sin duda San Luis iba a marcar una antes y un después en la arquitectura de la ciudad. Para ello se eligió a Leonardo de Figueroa, el arquitecto que transformó a Sevilla en una verdadera ciudad barroca. No hay más que recordar sus obras: el Salvador, San Telmo, la Magdalena, la capilla Sacramental de Santa Catalina... Y San Luis. Porque en la antigua calle Real, Figueroa hizo el auténtico templo barroco de Sevilla. Un círculo metido en un cuadrado, una cúpula que domina todo el norte de la ciudad, una obra donde escultura, pintura y arquitectura van de la mano. Eso descubrieron los sevillanos que conocieron la iglesia en noviembre de 1731. Aquello era un gran teatro, con pinturas de Domingo Martínez, con Retablos de Duque Cornejo, con relicarios, con oros, con metales, con ángeles, con santos jesuitas, con alegorías... Entraban los sevillanos en San Luis y se sentían actores metidos en una gran escenario bajo la enorme cortina del retablo principal. Se olvidaba la razón y se conmovía el corazón.
Pero, desde aquel mes de noviembre, San Luis no gustó siempre. Años más tarde hubo quien llegó que era un edificio “depravado, lleno de laminitas, espejitos y menudencias sin importancia...” Incluso perdió el culto. Fue jesuita, franciscana, hospicio, parroquia; incluso sala de exposiciones. En nuestros días vuelve a ser gran decorado teatral de un Tenorio de Noviembre.
Con su horror al vacío, la iglesia de San Luis es un símbolo de una ciudad que llaman barroca. Catalogada como un monumento fundamental del arte español, son muchos los sevillanos que no saben siquiera dónde está. Teniéndola tan cerca ¿va a seguir usted sin conocer esa octava maravilla del mundo?

9 comentarios:

del porvenir dijo...

¿Como pasar por el 15 de noviembre sin hacer siquiera mención al Santo del Día? San Alberto Magno, mi patrón, patrón de los científicos, y con ellos de los químicos entre los que me hallo. Titular de una de las más espectaculares iglesias de nuestra ciudad y en la que, cuando hace, hace un frio de campanillas.

Reyes dijo...

No puedo decir que la he visto a la perfección, y es una auténtica joya, como el Sagrario de Santa Catalina.
Desgraciadamente la pude contemplar como decorado teatral, y fue mágico.

Rascaviejas dijo...

Por cierto, la Iglesia de San Alberto Magno, ya que me hace el interesante recuerdo, creo que es una de las grandes desconocidas de la ciudad, de patrimonio irregular, pero con joyas olvidadas y con una arquitectura de gran nivel. No siempre nos da tiempo a contarlo todo...

del porvenir dijo...

Amén. Rascaviejas

azul_y_plata_puro dijo...

Sr.moderador: al hilo del comentario de la Iglesia de San Alberto ¿cuándo hace más frío, cuando es de "campanillas" o cuando se están "pelando rábanos"?
De nuevo, un saludo.

del porvenir dijo...

O cuando a uno "se le ponen los cojones morados", (perdón por el barbarismo)

Rascaviejas dijo...

Ya lo dice el refrán: "cuando el grajo vuela bajo, es que hace un frío del c..."

Finidiblanco dijo...

Pero, entonces ¿cual es la octava maravilla del mundo para vosotros?

Rascaviejas dijo...

Interesante cuestión la que nos plantean. Si tuviéramos que elegir esa maravilla (¡ay Dios mío, que rima con Sevilla y esto ya parece un pregón barato!)en nuestra ciudad ¿Cuál sería? Se admiten votos.