20.11.06

21 DE NOVIEMBRE. UN DÍA SIN COLEGIO


Realmente aquella mañana fuiste un niño feliz. Y mira que no entendías nada de lo que pasaba alrededor. Viste rezos, lloros, alegrías disimuladas, miradas de incertidumbre... Vamos, de todo. Pero tú apenas comprendías nada. Sólo que aquella mañana no tuviste colegio.
21 de noviembre de 1975. Un día raro para ti. Cuando te llamó tu madre por la mañana te diste cuenta de que era un día diferente. Desayunando se mezclaron en la familia muchos sentimientos. Tu madre llegó a rezar por su memoria, tu padre habló de futuro, tus hermanos celebraron que no había clases y tú seguiste sin comprender nada. Desde la noche anterior todo era diferente. En la tele pudiste ver a un señor con bigote y unas orejas que llamaban la atención. Lloraba en la tele, algo que antes no se hacía nunca y anunciaba que Franco había muerto. Recuerdas que tu madre dijo que Arias estaba hablando y ti aquello te sonó a la mantequilla de la lata azul, pero nada más. Cuando alguien habló de la pérdida del Caudillo te acordaste del viejito que salía de lado en las pesetas y pensaste que tendría que ver algo con el chicle “Bazoka” o con el refresco “Sidral” que comprabas con aquella moneda. Nada de nada. Lo de aquel día parecía importante. Pero tú no te enterabas.
No olvidarás que tus tíos vinieron a almorzar. En el viejo Inter del salón no había más imágenes que las de una enorme cola de personas que pasaban delante de un señor dormido. Quizás estuviera muerto, tú que sabes. Todavía recuerdas imágenes en blanco y negro de un vejete con bigotillo que estiraba el brazo como los romanos de tus películas o de unas monjas que lloraban y hablaban del futuro de España. Sin embargo un tío tuyo habló de libertad, y de partidos y de esperanzas en muchas cosas que tú seguías sin comprender. Qué día más raro...
No era domingo, pero al caer la tarde tu abuela te puso el pantalón gris y el chaleco azul de los festivos. Mientras te hacía la raya del pelo te dijo que irías con ella a la Catedral. A ti aquello te sonaba a Semana Santa, pero nada de nada... Serían las ocho de la tarde cuando comenzó aquella misa. Cientos de personas en absoluto silencio y aquel señor vestido de morado que no terminaba nunca de hablar. Luego te enteraste que se llamaba Bueno Monreal y durante mucho tiempo fue el arzobispo de tu ciudad. Volviste a casa con la extraña sensación de haber estado en la Catedral sin haber visto ningún paso....
Y en tu casa más de lo mismo: miles de personas haciendo cola en la tele y tus padres venga a hablar del mañana. Debía haber sido un día importante. Así lo sentiste cuando te fuiste a la cama. 21 de noviembre de 1975. Había terminado el día en que te quedaste sin colegio...

4 comentarios:

Enrique Henares dijo...

Excelente artículo de su perspectiva infantil de aquella jornada histórica.

azul_y_plata_puro dijo...

También vi yo la ceremonia de despedida en un inter, en mi caso de la sala de estar. Yo tenía doce años y ya supe vislumbrar que algo gordo había pasado, sobre todo que acarrearía consecuencias, más aún cuando escuché decir a mi abuelo que Franco estaba muerto desde hacía varios días, pero lo estaban manteniendo artificialmente para preparar bien "las cosas". Por cierto, en mi colegio (ya sabes, el de los mapas)tuvimos que hacer hasta redacciones sobre la figura del dictador. Un saludo y porfa... las fotos.

Anónimo dijo...

Me has llevado a esos días, y a la misma estampa pero siendo hija de militar vista desde otra perspectiva, pero qué gran artículo. Yo era pequeña pero se me quedó todo eso que cuentas en la retina y hoy me lo has vuelto a recordar. ¡Enhorabuena!

Mobile app development company dijo...

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