31.12.07

31 DE DICIEMBRE. RELOJES


Decía Quevedo que llevamos la vida en traje de reloj como mayor enemigo. Próximo el fin de año, muchos son los relojes que en esta ciudad van marcando el pasar de nuestro tiempo.
En el costado de la Parroquia de Omnium Sanctorum queda un reloj de sol donde sólo es la sombra la que actúa sobre el ladrillo encalado. Nada que ver con otros lugares, muchos, en plazas grandes, con termómetros que sirven de portada segura algún día de agosto sin noticias.
Hay en Sevilla relojes cargados de leyenda. Desde la calle Santa Clara mirando hacia San Lorenzo, hacia uno de esos cielos que no perdimos, se encuentra uno. Es el reloj de la parroquia que, según la leyenda, sirvió a alguien para identificar dónde estuvo a punto de ser sepultado.
También hay relojes cargados de historia, medidores del tiempo de la ciudad. El ejemplo más claro es el que está más alto. Se trata del reloj de la Giralda, una obra diseñada por Fray José Cordero que desde 1781 marca el latir de la ciudad desde suposición en la Giralda. Precisamente la Giralda fue el grabado que mandó hacer Sanchís en unos relojes para la Exposición de 1929. Fueron un fracaso. Sin embargo, fueron un éxito esas cinco esferas que Longines colocó en la relojería El Cronómetro, una de las señas de identidad de la calle Sierpes. Fueron colocadas en 1922 y sustituyeron a un antiguo escaparate, otra joya oculta, que se trasladó a la tienda de ultramarinos El Reloj, en pleno barrio del Arenal. Otra joya que en los últimos tiempos nos han redescubierto unos publicistas extranjeros.
En fin, relojes que nos marcan el paso de los años. Algunos incluso nos recuerdan a la Puerta del Sol de Madrid. Sitúese en Santa Catalina, junto al Archivo Histórico y lo comprobará.
Pero el reloj más sobrecogedor no anda ni se para. Tiene más de 300 años. Vaya al Hospital de la Caridad y observe. Allí, desde un cuadro de Valdés Leal, Miguel de Mañara nos mira fijamente. Un enfermero nos manda guardar silencio. Al fono el reloj más impresionante. Es un reloj de arena. A su lado aparecen una calavera y un búcaro con tulipanes, una vanitas barroca que nos habla de la brevedad de la vida y de lo efímero de las glorias humanas.
En estos días de bullicio, los relojes de la ciudad nos hablan del paso a un nuevo año. El reloj de Valdés Leal nos habla en los mismos términos que Quevedo: “La vida nunca para / ni el tiempo vuelve atrás la anciana cara...”
Feliz Año Nuevo.

12 comentarios:

Rascaviejas dijo...

Alguien dirá que la foto no tiene nada que ver con los relojes...o sí. Que en esta ciudad cada uno emplea el reloj que le da la gana...
Al terminar el año, mi agradecimiento a todos los que visitan este rincón, cada día más concurrido. Les deseo de corazón la mejor entrada de un año en el que seguiremos pasando páginas. Ya saben que están invitados...

Raúl Ramírez dijo...

Feliz año 2008. Me ha encantado este repaso tuyo al reloj de esta ciudad y sus gentes: el de la Sevilla eterna. Que se cumplan todos tus deseos.

J. Iván Martín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
J. Iván Martín dijo...

Feliz 2008. No tiene que darnos las gracias por visitar su blog, ya que los que entramos lo hacemos por aprender mas de la historia de nuestra Sevilla.
http://lasfotosdeuncofrade.blogspot.com

orfila dijo...

Excelente texto, eso ya no es novedad. A la pregunta de su comentario: claro que la foto tiene que ver con los relojes. Ese es el reloj del corazón de Sevilla. Y no atrasa ni adelanta.

Para mi es la profecía gráfica que nos anuncia lo que se acerca (este año muy pronto).

Le invito a que honre mi casa con su presencia. Está recien inaugurada, casi.

Feliz Año.

Lorenzo Blanco dijo...

A este último y magnífico texto del año, al que gracias a Dios nos tiene acostumbrados, profesor, hoy de una tacada nos muestra la última hoja del calendario sentimental de 2007 de Sevilla, y la primera del año nuevo.

¿Que mejor fin de año que el Besapiés al Señor de Pasión?

¿Que mejor entrada de año que el Quinario al Señor del Gran Poder?

Les deseo un feliz año 2008.

Saludos

Diego Romero dijo...

Buen reloj le ha puesto usted a su almanaque, amigo.

Feliz 2.008.

el aguaó dijo...

Amigo Rascaviejas, cuando he visto la imagen y luego he empemzado a leer el texto, los he relacionado plenamente, pues el Quinario de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder comienza el mismo día que empieza el año. Ambos carteles sons relojes de nuestra ciudad.

Feliz años 2008 para ti y todos los tuyos querido Rascaviejas.

Un fuerte abrazo.

P.D. Y gracias, siempre a ti...

Ranzzionger dijo...

Este año el reloj de los gozos que todos esperamos, a pesar de ser año bisiesto, viene adelantado. Que el 2008 nos siga permitiendo disfrutar de tan buena compañía en este rincón.

El Caliz de la Canina dijo...

Espero que el próximo año este lleno de sorpresas magicas.

Os deseo para el 2008 paz amor salud y humor mucho humor.

La canina seguirá

Alberto Ramírez Jiménez dijo...

FELIZ 2008. Que en el nuevo año sigas marcando nuestro calendario. No se puede terminar mejor el año que besando el talón del Señor de Pasión.
Esta entrada es muy acertada.

Saludos

Jesus Marin dijo...

Cuando Ud. habla del reloj de la Giralda, ¿se está refiriendo a los dos cuadrantes solares que se situan en el cuerpo de campanas?

Atentamente, Jesus Marin