3.3.09

3 DE MARZO. ADIÓS.

No sabes su nombre, pero hay una señora a la que hoy no se le pegó la comida la mediodía porque oía unas historias en la radio. Tampoco el de un taxista que hoy no elevó el volumen de su radio para recordar una historieta de las que contaba su abuelo. Ni tan siquiera sabes dónde está la asociación que hoy no pulsó el botón para grabar en la vieja casette, ni el del antiguo alumno que esperaba que hoy empezaras a hablar de cofradías, ni el de la oyente que te llamaba guapo por teléfono cuando nunca te había visto la cara, ni la de aquellos que pararon una conversación; ni la de los que callaron, lloraron, rieron, recordaron o sintieron...
Quizás nunca sepas sus nombres, que ya te dijo un poeta que los nombres se olvidan. Ellos estaban al otro lado del micrófono y durante tres años y medio no dejaron que las palabras se las llevara el viento. Te arroparon con el más bello auditorio, aquel en el que no importan las apariencias sino la palabra, la historia y las historias... No digáis sus nombres, que los nombres se olvidan...
Hoy no has dado las buenas tardes, ni te has parado en tu cita de dos minutos con la historia. Los que entienden del vil metal han prescindido de tus servicios. Del tuyo y del de tantos buenos amigos. Tiempo de crisis que lo llaman. En la economía, pero también en las formas y en la elegancia: ya no existen. Quizás no sepan que tú has dicho adiós en silencio, y que tes reído de la crisis porque vuelves a tu casa cargado de riquezas. La que ha llenado los bolsillos de tu alma con magos de la radio y eternos amigos como Cristóbal Cervantes y Fernando García-Haldón, la que ha llenado el gran saco de tu memoria con técnicos como Ricard o César, la que ha hecho reventar la bolsa de lo vivido con Ali, o con Teresa, o con José Antonio; la que se ha llenado de la sabiduría de un escritor con mayúsculas como Andrés, de las emociones de un Bruno, de las bromas de un Rafael o de la cultura de una Marta... No digas más nombres, que los nombres se olvidan... Quizás cometas el error de olvidar desde el que te saludaba en la puerta al que te despedía a la salida. Has salido a la calle ligero de equipaje pero con el alma henchida por tanta radio vivida. En directo, en grabaciones, en Semana Santa, en Feria, en Navidad, en fiestas, en verano, en el curso; en susurros y en pregones, en narraciones de lo bueno y de lo malo. Allí estuviste lanzando palabras al viento. Quizás no tengas vida para dar tantas gracias en el momento de cerrar tu almanaque. Se cierra en las ondas pero, si te siguen soportando, seguirá en el mundo de internet. Sientes que ha llegado la hora del adiós. Algo se te ha muerto en el alma. Aunque sabes que almacenas almas para volver a trabajar con tanto mago de las ondas. Tus dos minutos se acaban. Deberías preguntar cuánto se debe aquí. No lo haces por dos motivos. El primero es que alguien te recuerde tu falta de originalidad. A estas alturas te importa bien poco... El segundo es definitivo: no sabes cuántas vidas tendrías que vivir para pagar tanto...

13 comentarios:

Canónigo Alberico dijo...

profe que no nos falte el almanaque por Diossss. Que aunque no siempre le comente aqui, siempre le leo.

Un abrazo

Andrés Pérez Domínguez dijo...

Querido amigo, así son las cosas. Hermosa entrada. Ojalá que volvamos a coincidir algún día en las ondas (y delante de un mantel, por supuesto). La biblioteca también se acaba, y las separatas, pero, como dice el maestro Reverte, no hay nada deshonroso en el soldado que enciende un pitillo y levanta las manos después de haber disparado el último cartucho.
Un abrazo,
PD: gracias por las palabras que me dedicas

Juanma dijo...

Echaré de menos el Almanaque radiofónico. Seguiré disfrutando con el virtual.
Os echo ya de menos.

Abrazos.

el aguaó dijo...

No sabe el tesorero lo que guarda hasta que lo pierde.

No hace falta que las ondas te acompañen, pues el calor humano de las letras transcritas bajo pseudónimos anacrónicos siempre te acompañará.

Querido profesor, aquí estaré para leerte y agradecerte, una y otra vez, lo que aprendo contigo. Gracias por enseñarme. Seguiremos aquí.

Un abrazo enorme amigo Rascaviejas.

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

como decía aquel: "siempre nos quedará París". y aquí estaremos fieles al alma - naque de Sevilla.

Ranzzionger dijo...

Las ondas hertzianas se lo pierden, pero siempre nos quedará el adsl. Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querido compañero, el oro siempre acaba reluciendo y tú reluces. Así que no te preocupes. Volverás a las procelosas ondas.

Lorenzo Blanco dijo...

Durante tres temporadas, los martes a la 13,05 he acudido a una cita ineludible. Ua musiquita de entrada y después, una voz tímida y sabia que contaba historias de nuestra tierra y sus gentes. Aprendí mucho de aquella voz, y aunque la hayan silenciado, nos queda este rincón de donde no puede echarnos nadie. Gracias Manuel Jesús. No hay "Plata" que pague tu sencilla y entrañable difusión de la historia.

Saludos

Anónimo dijo...

Amigo mio, hay adioses más tristes.
Seguiremos leyendonos.
Por cierto, hay algo que debo consultarle.
Un saludo

Zapateiro dijo...

Después dirán algunos que internet no es muy buen invento. ¡A Dios gracias que lo tenemos!

eres_mi_cruz dijo...

después de saber que Vocento ha presentado un ere para el 52% de la plantilla de ABC...
mariquita el último...
tres años y medio en antena es algo de lo que pocos pueden presumir... no sé por qué pero lo primero que me viene a la cabeza es la noche de Boris... Máximo Pradera... Camacho en el Madrid...
en estos casos quién tuviera un agente...

coetáneo amigo rascaviejas, en este mundillo interior de los blogs donde cualquiera puede ser un magnífico escritor e incluso hasta llegar a creérselo, usted es rara avis...

(cosas del destino... el pasado día 21 de enero, precisamente al estirarme para coger su libro de la estantería de mi salón, me la traje enterita y quedé sepultado bajo temas sevillanos...
en mi mente veo un borrón
y la cara de Evelia Rincón
...
he perdido la memoria)

Unknown dijo...

Querido Manuel Jesús, nos habrán quitado las ondas, pero seguro que las del mantel tienen pa´rato (como dice Andrés). Pues hace ya tiempo que no disfrutamos de un encuentro de esos en los que el tiempo pasa, entre calidos tintos, risas sinceras e historias de cada uno, sin que nos demos cuenta. Mejor con Cristobal y Fernando que sin ellos, nos debemos una. Yo de momento te doy las gracias por lo bien que lo dices y lo bien que lo sientes y por ese rincóncito de tu memoria en el que me tienes. Y si me lo permites suscribo cada una de tus palabras.
Un calido abrazo
Bruno.

rehabgad1 dijo...


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