9.2.09

10 DE FEBRERO. GANDÍA

Querido Paco:
Vaya faena la tuya. Ni las de tu Curro Romero, vamos. Dejarnos así, sin avisar, para irte tan lejos, allá en lo alto. Que yo sé que para ti, pasar de Despeñaperros era algo así como irse a Alemania...
Porque no hace tanto que naciste. Fue allá por 1929, un año en el Sevilla se mostraba al mundo en su Exposición Iberoamericana. Quizás no mostrara otra Sevilla, la auténtica que tú viviste junto a la calle Viriato, la de los corrales, la de las hambres, la de los libros del Desván de tu amigo Luis, la de los garbanzos de la Bañeza... Tu vida, como la de tanta gente, fue un continuo trabajar de aquí para allá, en miles de empleos a los que llevabas tu hiperbólica figura.
- ¿Hiper qué?
Hiperbólica Paco, o sea, exagerá como tú mismo. Porque todo en tu vida fue digno de exageración: tu figura, el tinte de tus canas, tus comparaciones, la duración de tus chistes... y, sobre todo, tu exagerado corazón. Casi no cabía en la chaqueta azul marino de Jueves Santo y de tu Virgen de los Ángeles...
Viviste Paco en una época de cambios: la Transición, el paro, el divorcio, el destape... Una época quizás algo cutre, pero a la que añadiste la gracia de tu persona. Llegabas a un bautizo, a una boda o a una sala de fiestas y todo parecía cambiar con tu humor, el humor de las sobremesas sevillanas de hace muchos años. Sin ofender, sin insultar. Sólo contando casos verídicos, tan falsos y tan reales como la vida misma.
Quién te lo iba a decir... Te descubrieron en un programa de televisión de José María Iñigo, un tío con bigotes al que seguro que le hiciste una comparación. Nuevos talentos, tú que estabas a vueltas de casi todo. Junto a Miguel Bosé, allí estaba Francisco González Gandía, más conocido como Paco. Y hablaste de garbanzos, por supuesto. Y aunque Madrid estaba más allá de Despeñaperros, triunfaste. Desde entonces no hubo gala donde no estuviera Gandía. Incluso apareciste por el cine haciendo de parado en movimiento, o de alegre bribón, o de compañero de un Pepe Da Rosa al que se le acababa el petróleo...
Tú no lo sabes Paco, pero fuiste todo un creador. Nadie dirá cómo tú aquello de er niño se quedó afulgarao, a nadie le subirán los trompos como a tu Julito viendo a Curro Romero, a nadie se le olvidará tu chiste del entierro cuando vaya camino de San Fernando.
El 10 de febrero de 2005 nos dijiste adiós. Un adiós que nos dejó algo fríos. Más fríos que la medalla de Drácula, que dirías tú.... Y te quedarías tan serio. Porque la vida era algo serio. No te perdonamos la faena de irte. Justo el año del centenario de tu equipo, si hubieras sabido que lo mejor estaba por llegar... Se fue la gracia y se quedaron los graciosos. Sólo tienes una forma de que conseguir nuestro perdón. Será si nos esperas más allá de Despeñaperros y nos recibes diciéndonos aquello de“le voy a contar un caso verídico...”.

1 comentario:

del porvenir dijo...

80 años después, el 5 de abril amanecerá Domingo de Ramos, al otro lado del Parque