De repente te ha invadido la nostalgia. La de hace ya algunos años. Llegó el profesor universitario y en su temido examen te hizo la pregunta: "¿qué quiere decir Hegel al afirmar que el arte ha muerto?". No lo dudaste. Fue la única vez: te levantaste, entregaste los folios y te fuiste...
En los días de la nostalgia se te han acumulado las imágenes, las de la belleza de toda la vida y las que nunca alcanzarán la belleza. Un reguero de recuerdos: vírgenes artrósicas expuestas junto a batitas fresquitas, supuestos cristos entre miles de recopilaciones de libros repetidísimos, guías que no enseñan nada nuevo al de dentro y muy poco al de fuera, coleccionables de la monotonía, pregonzuelos y pestiñazos de la mediocridad, pasitos montables y desmontables con cuponcitos, sillitas de cazadores para estorbar la belleza en lugar de reclinatorios, confusión entre retransmisión y homilía, entre narración y pedantería, pollos encima de sagradas canastillas, gritos y olés paara ensuciar la esperanza en un mundo más bello, colores imposible en las lentillas de algunas imágenes y en las intimidades de la concurrencia, cornetas que invitan a invadir Polonia y parte de Estonia, marchas que anticipan el atasco en la salida hacia el Aljarafe, flores que el atrevidísimo prioste encargó en el multiprecios de la esquina, sucia mescolanza entre la política, la devoción y el sentimiento; muñecos con la categoría de esculturas, entradas que se convierten en la operación triunfo de costaleros y saeteros, mantillas con la categoría del mantillo, misterios que son casos misteriosos, público que sólo sabe esperar, rótulos y azulejos callejeros a devociones de antesdeayer, tallas dispuestas a participar en el circo del Sol, basureros en los suelos que pisó la divinidad y en los palcos que pisó la vulgaridad, soledades para bellezas olvidadas y masas para acompañar a la mediocridad...
Has recordado tus años de estudios. Alguien decía aquello de "No existe el arte, existen los artistas". Y has pensado que lo peor no es serlo ni parecerlo, sino creérselo. También te has acordado de Núñez de Herrera, el que todos citan pero ninguno lee aunque se celebre su 75 aniversario. En una reflexión por los arenales del Silencio alguien decía algo así como "vamonos, va a ser verdad que Dios ha muerto". Has cambiado el sentido de la divinidad por la idea del arte. Te entran ganas de levantarte y de entregar los folios...
17 comentarios:
...esto es muy fuerte, maestro y tan duro como la misma realidad. Yo le regalo una frase: "sólo pasa lo que nunca termina"...¿tiene sentido? ¡ay, profesor, mi profesor!
Eso de mantillas y mantillos me ha calado hondo.
Espero que haya disfrutado de esta semana en la gloria.
No le falta razón, aunque queda espacio para la Esperanza. No todo está perdido aunque habría que retomar las riendas en ciertas cosas. ¿Por qué nadie habla de estas cosas en los pregones? Anda que si yo pudiera decir 4 cosas a toda la ciudad durante unos minutos también iba a decir tantas pamplinas por las narices.
Un saludo.
Es lo que tiene este corintelladismo de la fiesta. Pero, bueno, siempre nos quedará Castelar, amigo mío.
Tan real como la vida misma, por eso lo primero que se me ocurrió este lunes, fue irme a la basilica en cuanto llegué del trabajo, y me senté delante de su paso durante algo más de media hora, delante de Ella, recordando su entrada en Campana, su paso por Feria..."que guapa eres miarma" le espetó la abuela que tenía a mi lado y se lo dijo como sólo lo puede decir una madre por su hija o una abuela por su nieta ....desde el fondo del alma... sólo por este instante merece la pena todo lo demás.
¿y si todo es mentira?
¿y si nos han engañado?
¿y si es verdad que Dios no existe?
Anda que no...
Respecto a lo qu escribe el ánonimo, le tomo prestadas más o menos las palabras al amigo Robles de su pregón de los Armaos:
Podrá incluso ser o no ser el Hijo de Dios, que en la duda está ... pero lo es seguro es lo más noble de la raza humana
Me pasa como a la Dama, las mantillas somos mujeres y como tales cuando te cruzas con otra, os radiografiáis mutuamente… Esa muchacha que aprovechó el vestido de fin de año sin mangas y plumas en el cuello para el Jueves Santo pensando “Es negro, esto pega…” se me ha quedado a fuego en la retina… A esa los folios se los quitaba yo…
Lo mejor y lo peor es que esto es sólo anécdota, para reírse un ratito… Hay cosas peores, pero como tengo tanta nostalgia que ni me quiero acordar de esos respiraderos que se vinieron abajo cuando salían a buscar identidad y aprobación.
Esto no puede quedar aquí. Este texto está muy por encima de lo que se estila. A ver si espabilan los del Consejo de San Gregorio. ¿No están buscando un pregonero con todos los avíos? Pues aquí lo tienen. Se llama Manuel Jesús Roldán y lleva a Sevilla en la médula de los huesos. Cernuda lo habría encuadrado en la estirpe de Izquierdo, de los que cometen el error de amar a una ciudad que a fin de cuentas es una teoría, una abstracción, una idea... No le doy la enhorabuena porque no le hace falta. Usted vuela muy alto. Y se lo dice alguien que sabe de lo que habla aunque esto suene a pedantería.
¡Ojú! ¡pensé que no había nadie más deprimido que yo! Y eso que, además de deprimida, estoy destrozada físicamente por el esfuerzo que hago estando enferma. Quizá por estar ahora mismo (y el resto del año)tan hundida por la enfermedad, no puedo ver tantas cosas negativas, sino quedarme con la gloria que hemos vivido, yo, quizá, por última vez.
Por falta de tiempo no suelo dar muchas veces las gracias ante tanta amabilidad. Gracias y gracias. Y no piensen que anda uno en estado de ánimo depresivo, al contrario. La Semana Santa es tan sublime en tantos de sus aspectos (y no piensen sólo en el ruán negro, ni en la historia, ni en las obras de los gandes maestros) que la superficialidad de nuestro tiempo no puede, de momento, con ella. Un año más la belleza y el arte triunfaron, aunque no está de más que de vez en cuando de dejemos de autopregonarnos y miremos alrededor con un ojo crítico y con otro ojo de humor. Y aunque es una celebración que hay que mimar (vean la Madrugada), uno no es partidario de discursos apocalípticos, en los que se suele caer como otros extremo. A mi segundo anónimo le podría asegurar que hay una Esperanza que la invitará muchos años más a vivir la belleza en la calle. Al primer anónimo me parece que le voy a mandar una carpetilla o informe con artículos pasados y futuros, usted ya sabrá para qué, que uno no está armao ni preparado para esas cosas...
¿PORQUÉ ESA FORMA TAN CRÍPTIOCA DE ESCRIBIR?. ¿NO SABE EL AUTOR DE ESE ARTÍCULO QUE LA MEJOR CUALIDAD DE UN ESCRIOTO SE LLAMA C-L-A-R-I-D-A-D?.
ESO DE TENER QUE ESTAR INTENTANDO DESCIFRAR LO QUE HAY DEBAJO DE TANTA PALABRA HUECA, ME RECUERDA A UN LUGAREÑO DE MI PUEBLO, SUMAMENTE AFICIONADO AL CLÁSICO JUEGO DE LAS ADIVINANZAS, QUE, AL PRONUNCIAR COMO EXORDIO INCIAL EL ORADOR AQUELLOS VERSOS DE "VIVO SIN VIVIR EN MÍ, ETC. ETC., LE INTERRUMPIÓ CON UNA FRASE TRIUNFANTE: "¡LA GALLINA, OIGA, LA GALLINA!. LA RESPUESTA DE ESE ACERTIJO ES LA GALLINA".
PUES TO, AL AUTOR DEL ARTÍCULO LE DIGO IGUAL: ¡OIGA, LA RESPUESTA ES LA GALLINA!.
Y EN PAZ DESACANSO.
MANUEL JESÚS PETIT CARO, Jurista.
A buen entendedor estas palabras nos bastan
¡Muy bueno lo de "Tercera República"!
Cuidado, cuidado, cuidado que ya no estamos metiendo en contramano
Mi respuesta a las prenguntas de por ahí arriba sería algo así como "porque cada uno escribe como le sale de los güevos", ¿einnn?, perdón, de la manita. Una bromilla
Eso se llama estilo, querido pequeño, estilo. Que no hace falta escribir en mayúsculas para escribir palabras bien grandes que nos lleguen e ilustren. De otra forma dicha, el escritor escribe de la forma que le da la real o republicana gana.
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