No te cabe duda: acabas de comenzar un tiempo nuevo. Tu ciudad y tú. De estrellas sublimes a estrellitas, estrellonas y estrellados. Parada y procesión en un tiempo que recuerda a paradas de monstruos del cine de los años 20. Tiempo de monstruos y de pequeños monstruos. Freaks. Friquis. Allguien te había contado que que Sevilla era fortaleza y mercado, Roma triunfante, ciudad conventual, ciudad crisol, ciudad puerto y puerta de Indias, ciudad muy noble, leal, heroica, invicta, mariana, sublime... Según los tiempos. Porque te ha parecido que empiezas a vivir un tiempo de friquis en la ciudad de los friquis: la feria de las vanidades y de las superficialidades, lunáticas de los lunares y monstruos imposibles en la ciudad más hermosamente efímera. De existencia antigua: la mujer barbuda, la Sansona, el monstruo de Guatemala, Saholín, Pepe el Escocés, el ligre venido de otro continente, el Marqués de las Cabriolas, la muñeca chochona, el perrito piloto, el tío del tambor, el de la caña, el de la cuña, el de la coña, el del bastón de caramelos, el que te hace la foto en el caballito... Personajes anónimos unos y con nombres y apellidos los otros... Te has mirado en el espejo y has pensado que gente rara hay en todos los sitios y en todos los momentos del años: autoreconocimiento del friqui que llevas en tu interior. Y a tu mente han venido otros monstruos, personajes y personajillos. Los hay que no molestan y los hay enormemente dañinos, que hasta en el rebujito hay calidades: paquirrines, peítos, risitas, faletes y sus novios, patiños y su toda Sevilla, Esmeraldas y sus flamencas, vicentitos y sus canastos, coleccionistas de nazarenos, concursantes de cultura cofrade, colecionistas de medallas en la ciudad olímpica de los sueños, portadores de catavino ferial, coleccionistas de fotografía propias en diarios con grapa, cangrejeros hasta en las mudás, recitadores de negros pregones hechos por negros, rimadores de versos, narradores del corazón y de las vísceras, acertadores de quinielas pegoneriles, silbadores de marchas, adictos al pornosacro y las pasiones internáuticas, adictos a las sacristías y a las asociaciones culturales y recreativas, abuelas del Betis, cowboys con tambor del Sevilla, enganchados a los tornos conventuales, conocedores de latines y liturgias preconciliares, nostálgicos de tiempos pasados y pretéritos, coleccionistas de pasitos, juntaletras de sevillanas, paseavaras, adjuntadossieres, belenistas en Cuaresma, vestidores de vírgenes de oratorios privadísimos, garlochis de tabernas, transmisores de la intrascendencia de siempre, fotógrafos de lo de siempre, figurantes de la eterna procesión que es la historia de tu ciudad... Tú mismo has creado un blog para escribir historias de una ciudad. Una ciudad de friquis y tú con la cruz de guía abanderando una eterna procesión. Te ha dado por pensar que te podrían ayudar a completar tan largo listado...
5 comentarios:
Ha olvidado las lechugas con un chorrito de vinagre. Ojú que viejos somos amigo mio.
El frikismo de nuestra bendita ciudad mariana no tiene parangón. Somos así. Ahora llega otra semana cargada de ese sacrofrikismo, cada uno a su manera.
Hay que discernir entre aquellos feriantes amantes de la ciudad efímera al borde del Guadalquivir y los pobladores extraños que campan a sus anchas durante la semana de autos. Hay de todo, como en la viña del Señor. Nos encontramos hordas de canis, unidos y agrupados entre sí como orcos del Señor de los Anillos. Tocados de sombrero barriero y rosas de madera policromadas, específicamente regateadas para obtener un buen ramillete a precio irrisorio.
Luego están los de mitad de la tabla. Esas personas (como un servidor) que se parecen muchísimo a esos equipos que empiezan la Liga con ilusión pero acaban entre el décimo y el décimo quinto puesto, en tierra de nadie. Son esas personas (como un servidor) que empezamos la Feria con algo de ilusión, tampoco derrochadora, sencillamente la alegría típica de encontrarte con el albero y las casetas. Luego te desinflas y quieres volver a casa rápidamente... y cuanto antes (como un servidor). Es entonces cuando te conviertes en uno de esos elementos discordantes.
Y también podemos encontrar a los últimos de la tabla. Los equipos sufridores. Esos padres de familia que soportan el tirón como pueden. Añoran la Semana Santa y padecen alergia al albero. Se ahogan entre la multitud de una caseta pero aman el horror vacui de una bulla. Son los que, al finalizar el día, cuando ya el sol se hunde en las entrañas del Aljarafe, le compra un trocito de coco a sus hijos y carga con cinco peluches, cansancio acumulado, la jornada laboral del día siguiente en la cabeza y una yogurtera (otra más, un año más, en el mismo bingo, y con el 25 de nuevo como número ganador).
La Feria... crisol indiscutible de estratos de una sociedad que vive la primavera entre fiestas efímeras, barrocas e indisolubles al paso del tiempo. Mundos aislados del mundo real. Dos semanas. Dos espacios diferentes. Dos mundos oníricos fuera del mundo que se rueda el resto del año.
Un abrazo enorme amigo Rascaviejas.
P.D. En mi blog pongo hoy un debate sobre el 'frikismo' precisamente querido profesor.
grandisimo articulo amigo no has podido definir y conceptuar mejor la sevilla que nos ampara,un saludo cordial,esta invitado a mi humilde blog
Gran artículo. Mis felicitaciones ,además, por citar el origen apócrifo de la palabra friki. Esto es, FREAKS de Todd Browning, conocida como La Parada de Los Monstruos. Palabra, por cierto, que era antes una especie de arcano para el que esto escribe y sus amigos y ahora te la puedes encontrar hasta en la boca de un abuelo mientras ve a Carmen de Mairena "en el tele".
Alejandro Gil. El tio sin blog.
Muy bueno.
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