13.2.08

PRISIÓN


Un andar lleno de ritmo. Un compás de cuatro por cuatro. El desfile de los presos de forma cadenciosa. Una masa que se fundía con una Virgen bajo palio.
Se sintió la insignificancia hecha persona en un mar de gorras y sombreros. Lo popular y lo elevado. Triana y Sevilla. La alegría de un nuevo amanecer y la desesperación de una reja. Clausura para los sentidos. Rejas para el cuerpo, pero no para el corazón.
El viejo convento agustino parecía el escenario perfecto. Tras la rejas, las manos manchadas de sangre de los presos. Años 20. Cárcel del Pópulo. Sevilla.
Vio que la Virgen se volvía hacia la desesperación de los agolpados tras la reja. Esperanza para el que espera. La Virgen de todos frente a algunos. Silencio de solemnidad. Unas manos que imploraban tras los hierros. Y en el amanecer del Viernes, la saeta:
“Soleá dame la mano, por las rejas de la cárcel, que tengo mucho hermanos, y se me ha muerto mi madre...Eres la Esperanza nuestra, estrella de la mañana, luz del cielo y de la tierra, honra grande de Triana” Regresó a su infancia. Lloró como un niño. Dragones sobre un terciopelo abrieron su imaginación. Y soñó con un ritmo que anunciara la llegada de un tiempo de esperanza. Le seguiría una melodía sencilla, como las gentes que escoltaban a la Virgen. Después del Andante el Allegro. In crescendo. La solemnidad del momento en unas notas. Vuelta atrás. Melodía de enfrentamiento: la tragedia frente a la alegría. De nuevo la melodía. Tambor seco, como los corazones enrejados. Había esperanza. Como en una melodía que dialogaba de fondo. Llegó el momento. La Virgen frente a frente. Eclosión orgásmica de alegría. Sí, esa era la expresión. Conocer la felicidad. Sonidos de viento lo expresarían. Y en volandas, melodías envolventes para llevar a una Virgen hacia otros puertos. La felicidad. Se iría perdiendo entre un ritmo marcial de tambores en la lejanía. Como un manto de terciopelos bordados. Se iban las lágrimas de cristal y se quedaban las de verdad. Como una cadencia que se apaga y que no quiere terminar. Poco a poco. Melodía que no se apaga. Se fundiría con el horizonte...un horizonte lleno de esperanza...
La más bella marcha había nacido en la mente del compositor...

8 comentarios:

el aguaó dijo...

Lección cofrade para un servidor. Megnífico texto, algo a lo que nos tienes acostumbrados por otro lado.

Una de las marchas más sentidas de la Semana Santa.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ha estado usted a la altura de la marcha.
No esperaba menos.

Un saludo.

Lorenzo Blanco dijo...

¿Donde hay que firmar para que lo nombren a vd. pregonero de la Semana Santa de Sevilla?

Con los textos que estoy leyendo, creo que de aquí al Viernes de Dolores cualquier neófito podría tener una visión muy próxima a la Semana Santa de verdad, no a las milongas que nos cuentan algunos enterados.

Saludos Profesor.

Anónimo dijo...

Ese profe, pregonero ya!

Anónimo dijo...

+Esta foto me ha recordado que en juventud, asistí a la inauguración del azulejo de la Esperanza, dedicado a este acontecimiento en el adificio actual.
Magnifico texto profesor.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Vaya, casualmente yó también asistí a la bendición del retablo de azulejo, que menciona el comentarista anterior.
Para mí es la marcha mas bonita de la Semana Santa.
Vaya calidad la del texto de hoy

Saludos profesor

J. Iván Martín dijo...

Simplemente...precioso amigo rascaviejas...

La emocion que sentirian esos presos al ver a la Señora de Triana volviendose hacia ello... eso debia ser indescriptible...

Un abrazo.

Diego Romero dijo...

Ahora mismo no sé si he leido una marcha, o si he escuchado un texto.

Maravilloso.